Un partido político ha puesto de moda nuevamente el tema del salario al proponer una encuesta sobre su aumento. Sabemos que un salario mínimo no es un salario justo, porque desde hace mucho dejó de ser el "mínimo indispensable" para ser sólo una unidad para medir sobre todo multas, contribuciones al seguro y ridículas pensiones. Acaba de rebasarse la meta de la inflación anunciada por el gobierno para este año. (4 por ciento), por lo que los sueldos, tanto mínimos y micros como máximos e inmensos, siguen teniendo menos poder adquisitivo alzando cada vez más la canasta y dejando cada vez más anoréxicos a los carritos del "súper". México es el único país, en América Latina, donde en 2012 los indicadores de pobreza aumentaron del 36,3% al 37,1% y del 13,3% al 14,2% en el caso de la pobreza extrema, mientras que en los demás países de la región disminuyó o se mantuvo sin cambios. El aumento de casi un punto porcentual de la pobreza en México significó que alrededor de 1 millón de personas pasaron a condición de pobreza, lo esencial de la canasta básica en el medio rural se compraba en el año 2005 con $493.00 dólares, y pasó a $728.00 en 2011; al mes de marzo de 2014 se requieren $874.87 mensuales. En el medio urbano pasó de $712.00 en el 2005 a $1,036.00 en el 2011. Al mes de marzo de 2014 se compra en $1,242.83 mensuales. El Banco Interamericano para el Desarrollo, expresó que a nivel latinoamericano México ocupa el último lugar en relación a la pobreza y desigualdad.
¿Un aumento al sueldo mínimo solucionará el problema? Los factores que han permitido el estado actual no se solucionarán por decreto presidencial, ya que las causas son profundas: la presión que ejercen los poderes trasnacionales y la élite política; el ejercicio del poder de los medios masivos de comunicación (Televisa, Televisión Azteca, OEM); nuestra incapacidad de responder como sociedad, particularmente a nivel de organizaciones; Los mitos del desarrollo, en los que la persona humana no está en el centro y se nos hace creer que la solución son los rescates bancarios, carreteros, de ingenios y últimamente de Pemex y C.F.E; creer que liberar los mercados traerá progreso. 20 de 24 países del "norte", son hoy en día más proteccionistas que hace 10 años, por lo que penetrar los países del "norte" les cuesta a los del sur 500 mil millones de dólares anuales, 10 veces más que la ayuda al desarrollo; otra causa es tener más de 14 años de retraso en el TLC para admitir a los transportistas mexicanos; pretextos ecológicos - no firma del protocolo de Kyoto. Una consecuencia, de las más dolorosas, de la incapacidad de generar un desarrollo Humano Integral y Solidario es el fenómeno de la migración Ilegal a los Estados Unidos. Que solamente e México cada año en promedio, emigran más de 600 mil mexicanos.
Un análisis del trabajo que hace Pedro Villegas Rojas, director del Centro Nacional de Promoción Social, señala que las reformas que se han hecho en México siguen una línea mundial, con ajustes estructurales, recorte a programas sociales (España, Chile y EE.UU.) y seguridad social (Italia), impuestos y recortes a prestaciones (Grecia), Reforma laboral (España), abaratamiento del salario y facilidad para el despido a causa de contratos temporales, indemnizaciones más baratas que generan inestabilidad laboral y desregulación de las relaciones laborales. Por su parte en México las estadísticas indican que la Población total en el país es de 118 millones de mexicanos y de estos la Población Económicamente Activa que es de 58.39 millones de personas tiene 26 millones en el mundo informal y sólo 17.5 millones con seguro social. 65 millones carecen de seguro social. El desempleo en el país es de 9 a 10 millones de personas, mientras que sólo 1 .2 millones se incorporan al mundo laboral al año. El salario promedio de 34% de los mexicanos es de $ 135-202 diarios, cuando la canasta básica oscila alrededor de los $ 337.50. Existen 65 millones de pobres y 20 millones de ellos están en la extrema pobreza. 53% son niños y adolescentes (hasta los 17 años), aunado a que 8 millones de jóvenes no estudian o trabajan.
De acuerdo a la última reforma laboral, que se justificó porque era necesario modernizar la Ley, atraer la inversión, elevar la productividad y generar empleos, vemos en realidad que las condiciones de trabajo se han precarizado debido a que esa reforma vulnera la estabilidad en el empleo (contratos eventuales y de aprendizaje), flexibiliza las condiciones de trabajo, permite el libre despido del trabajador, hay un incremento del empleo precario, agudiza el empleo informal, hay un decrecimiento de los salarios y los derechos de los trabajadores son condicionados (Licencias materna y paterna, contingencias sanitarias, créditos e indemnizaciones por riesgo de trabajo, examen de gravidez).
Son muchos los factores que hacen que un salario pueda llamarse "justo": debe permitir al hombre y a su familia una vida digna en el plano material, social, cultural y espiritual, teniendo presentes el puesto de trabajo y la productividad de cada uno, así como las condiciones de la empresa y el bien común. El trabajo es pues algo más que una mercancía que se compra y que se vende. El equilibrio entre el salario merecido y los demás factores, toma en cuenta los recursos disponibles, la situación económica de la empresa y la productividad general. De todos modos no debe ser en manera alguna insuficiente para el sustento del trabajador. Un salario mínimo tomaría en cuenta ésta suficiencia básica, teniendo en cuenta las demás variables. El bienestar económico de un país no se mide exclusivamente por la cantidad de bienes producidos, sino también teniendo en cuenta el modo en que son producidos y el grado de equidad en la distribución de los bienes, que debería permitir a todos disponer de lo necesario para el desarrollo y el perfeccionamiento de la propia persona. Un salario justo debe establecerse no sólo en base a los criterios de justicia conmutativa, sino también de justicia social, es decir, considerando, además del valor objetivo de las prestaciones laborales, la dignidad humana de los sujetos que las realizan. Un bienestar económico auténtico se alcanza también por medio de adecuadas políticas sociales de redistribución de la renta que, teniendo en cuenta las condiciones generales, consideren oportunamente los méritos y las necesidades de todos los ciudadanos. Es un ingreso orientado a la familia y por tanto socialmente. Por ejemplo una madre que cría niños pequeños no produce en una empresa económica, pero hace una aportación importantísima a la sociedad en todas sus dimensiones, incluida la económica. No puede esperarse que la empresa pueda hace frente por sí misma a todas las exigencias de un salario socialmente justo, tendrá que ser suplida mediante algunas acciones del Estado como la exención de impuestos y otras ayudas. El salario considerará también las consecuencias previsibles para la empresa, para la economía nacional, para la estabilidad monetaria, etc.
En medio de las voces que se están escuchando sobre el tema, estos datos y estas reflexiones pueden ser útiles para formarnos criterios válidos para pensar y actuar en este aspecto. ¿Pagamos lo justo? ¿Trabajamos lo justo? ¿Considero todos los factores? Piénsale.