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PIENSALE, PIENSALE

'EL DOS DE OCTUBRE NO SE OLVIDA'

ARTURO MACÍAS PEDROZA

Hacer memoria de los acontecimientos del 2 de Octubre de 1968 haciendo comparaciones con la juventud actual y reclamándole el no tener el perfil que tenía aquella generación es injusto. Cada generación ha vivido contextos diferentes y cada generación es diferente.

Es cierto que no se debe olvidar la historia, porque si lo hacemos, estamos condenados a repetir los mismos errores. La carencia de memoria histórica es aprovechada por quienes detentan el poder en México, y es fomentada para repetir una y otra vez sus fechorías y como un medió más para el control de las masas. En cambio, un pueblo que analiza correctamente su pasado y su presente, puede proyectar mejor su futuro (es por eso que una renovación en profundidad de la educación no conviene a un sistema que vive precisamente de la falta de sentido crítico y de la ignorancia). La memoria se descubre entonces como un elemento que necesita la sociedad para poder corregirse y mejorar.

Sin embargo, tampoco podemos quedarnos anclados en el pasado. Hoy menos que nunca es impensable equiparar la generación del 68 con la generación actual. Los tiempos actuales han traído verdaderas transformaciones estructurales que han hecho que esta coyuntura histórica sea un cambio de época más que una época de cambios. No podemos pedir a los jóvenes de hoy que sean extemporáneos. "Retro". Las transformaciones que hemos vivido en sólo 46 años son de tal magnitud, que superan lo que normalmente sucede en medio siglo, de modo que los jóvenes de hoy son una realidad totalmente nueva; los cambios realizados sólo son comparables a los que se dieron del paleolítico al neolítico, de la edad de piedra a la invención de la escritura, o de la edad media a la invención de la imprenta.

La cultura es la manera que tiene una sociedad de formar a la persona, usando para ello las estructuras con las que cuenta: Sistemas educativos, sistema económico, legislación, costumbres, religión, medios de comunicación, etc. Es por tanto muy diferente el tipo de hombre que se forma, cuando son precisamente todas estas estructuras las que han sido transformadas. ¿Qué es lo que le corresponde hacer al joven de hoy? Reinventar todo. El mundo ha cambiado de tal modo, que no le queda, sino diseñar cosas tan fundamentales como una manera nueva de compartir, nuevas instituciones, nuevas maneras de ser y de conocer. No es que la esencia del hombre haya cambiado, pero ha quedado tan desprovista de estructuras de expresión de humanidad, que tendrá que reconstruir nuevas, como hace el águila que, después de un doloroso desprendimiento, se renueva totalmente destruyendo en sí misma sus elementos dañados por el tiempo, para poder volar de nuevo una vez que sus alas, picos y garras han brotado de nuevo.

Esta capacidad de enviar texto y comunicarse a gran velocidad, de acceder a la comunicación con el mundo, de situarse por un GPS, de interrelacionarse de manera diversa, de acceder al inmenso mundo del conocimiento en la red, crea en la generación actual estructuras mentales nuevas. La construcción del nuevo hombre no es sólo el regreso a una romántica juventud del 68, por más que haya sido maravillosa, al menos para algunos. El joven de hoy, aparentemente encerrado en un aparato electrónico, está naciendo, está haciéndose: Ya no tiene la misma relación con el mundo; no tiene ya la misma actividad física; su mundo está lleno demográficamente hablando. La edad tiene una duración diversa, entienden el matrimonio diferente, la pertenencia a un grupo, el concepto de nación… incluso aunque son los mismos conceptos que usan los adultos, éstos significan totalmente otra cosa.

No conocieron la Guerra Cristera ni la Revolución, gozan ahora de la medicina y tienen analgésicos y anestésicos, por lo que se ha convertido en una generación que sufre menos; no tienen ya el mismo cuerpo ni la misma conducta; tiene el nacimiento programado; ha aumenta el promedio de vida; la edad de ser padres es mayor aumentando la distancia entre generaciones; para más de la mitad, sus papás están divorciados; la multiculturalidad es cada vez más una realidad. No viven el mismo tiempo ni la misma historia. Están formados por los medios de comunicación dirigido por los adultos que han reducido su capacidad de atención. En ellos la muerte y los cadáveres son las imágenes más repetidas. Wilkipedia y Facebook no mueven las mismas neuronas ni las mismas zonas corticales que el uso de un libro, pluma y cuaderno. Manipulan mucha información al mismo tiempo, y ya no conocen, ni integran ni sintetizan como sus antecesores; ya no tienen la misma cabeza. Puede acceder a todos los lugares y personas con el teléfono y sus referencias espaciales son diversas; por tanto, tampoco habitan en un mismo espacio.

Un nuevo humano ha nacido en el intervalo que nos separa del 1968. Él o ella ya no tiene el mismo cuerpo y la misma esperanza de vida, ni se comunica ya de la misma manera, ni vive el mismo mundo, ni la misma naturaleza, ni el mismo espacio. Conoce de otra manera, vive de otra manera, muere de otra manera.

Se llevarán una decepción los que esperan que surja una nueva versión de los "mártires" de la Plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco, con motivo de los asesinatos de al menos seis normalistas de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos, la desaparición de más de 40 estudiantes en Iguala, Guerrero y la crisis que vive el Instituto Politécnico Nacional por las demandas de los estudiantes respecto del nuevo reglamento. Es cierto que hay muchas similitudes: aún es el mismo partido y existen versiones nuevas de aquella época como la represión, el control mediático, el descontento generalizado… pero la época es diversa y el joven es otro y su reacción será diferente. ¿Mejor o peor? No podemos comparar dos épocas tan diversas, pero puede ser maravilloso el resultado. Este joven es nuevo y va a hacer estructuras nuevas que pueden ser más humanizadas, menos destructivas, basadas en la esencia humana, imagen del Dios eterno e inmutable. Este hombre nuevo no se construye de la nada. Toma el proyecto de lo más íntimo de sí mismo. Pero todo depende de lo que desee llamar "hombre". Se necesita una recta antropológica.

La colaboración entre generaciones es una utopía fundamental para poner en obra la nueva humanidad. La transmisión del saber, no como conocimiento, sino como sabiduría, ahora es una realidad que puede llegar a todos. Más distribuida y accesible no podrá ser detenida por quienes quieren manipular en base a la ignorancia. Las aulas se han abierto más allá de las escuelas y las relaciones se han abierto a todos y en todo lugar. Todo está por inventar y me alegro de poder asistir a la creación del nuevo hombre que es maravilloso. Lo fue en el 68 y lo es ahora. Asistamos y apoyemos amorosamente el nacimiento de este nuevo hombre.

piensalepiensale@hotmail.com

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