Gómez Palacio y Lerdo Violencia Gómez Palacio Buen Fin Gómez Palacio

PIÉNSALE, PIÉNSALE

ARTURO MACÍAS PEDROZA

'Esperanza para los esperanzados'

Somos un pueblo de tradiciones con profundas raíces culturales y espirituales, amante de la paz, solidario, que sabe encontrar en medio de las situaciones difíciles razones para la esperanza y la alegría y lo expresa en su gusto por la fiesta, por la convivencia y en el gran valor que da a la vida familiar. Esta esperanza no nos lleva a olvidarnos de los sufrimientos del mundo sino más bien a captar el misterio que se esconde en ellos. Las fiestas guadalupanas y navideñas que vivimos en forma peculiar constituyen signos de esperanza; historias de bien que se unen a toda historia de sufrimiento para abrir en ella un resquicio de luz. Un servicio al bien común es un servicio de esperanza que mira adelante. Entrar en la esperanza no decepcionará jamás. La corrupción, la guerra, la injusticia, la impunidad, son cargas puestas sobre nuestras espaldas que parecen contradecir la esperanza, pero tenemos necesidad de sonreír.

¿Cómo continuar a tener esperanza? No podemos ignorar que es una cuestión desgarradora. Uno de los enemigos de la esperanza es el "presentismo", como parte de las manifestaciones del post-modernismo. Es una postura que va ganando cada vez más terreno entre nosotros y que se traduce en un estilo de vida y que sostiene que únicamente existe el presente, mientras que futuro y pasado son irreales. Por lo mismo, no se tiene ninguna deuda con el pasado y ningún compromiso con el futuro. El hombre postmoderno está convencido de que no es posible cambiar o mejorar ni él como persona, ni la sociedad. El hombre presentista, no se abre a la esperanza. Por tanto, ha decidido disfrutar al menos del presente, y así el círculo vicioso se va haciendo cada vez más amplio.

Tampoco podemos olvidar que la mayoría de los hombres y mujeres de nuestro tiempo vive precariamente el día a día, con consecuencias funestas. Algunas patologías van en aumento. El miedo y la desesperación se apoderan del corazón de numerosas personas. La alegría de vivir frecuentemente se apaga, la falta de respeto y la violencia crecen, la inequidad es cada vez más patente. Hay que luchar para vivir y, a menudo, para vivir con poca dignidad. Es el sistema capitalista neo-liberal, que el Papa Francisco describe como "el gran riesgo del mundo actual, con su múltiple y abrumadora oferta de consumo", produce "una tristeza individualista que brota del corazón cómodo y avaro, de la búsqueda enfermiza de placeres superficiales, de la conciencia aislada. Cuando la vida interior se clausura en los propios intereses, ya no hay espacio para los demás", (Evangeliumgaudii n. 2).

El despertar que está viviendo México a raíz de los acontecimientos de Ayotzinapa y de los escándalos de corrupción e impunidad a todos los niveles, ha hecho descubrir que es posible un cambio, aunque también se percibe que no es fácil, pues las causas son múltiples y profundas. La vida humana es, por su misma naturaleza, abierta al otro, por ello la participación ciudadana se perfila como una solución viable a la problemática nacional. Con método, con procesos y con formación, podrá ser promotora de comunidades solidarias y participativas.

El sentirnos un pueblo "bajo la especial protección de la Virgen María de Guadalupe", percibimos su presencia viva en nuestra historia nacional y personal y nos impulsa a "buscar el progreso de nuestra patria por caminos de justicia y de paz". Nos sentimos defendidos y hace florecer nuestras tierras la fraternidad y la paz (cfr. oración de la liturgia del 12 de diciembre). La identidad nacional puede refundarse en nuestras raíces autóctonas, sintetizadas en la imagen guadalupana. El aspecto comunitario y de participación, manifestado en la concepción indígena de paz como armonía con la naturaleza y con los demás hermanos, es la respuesta a la situación individualista imperante. El acontecimiento guadalupano es un gran signo esperanzador. Nos da sentido de pertenencia, de identidad y de unidad. El ser capaz de movilizar a todo el país, nos alienta a hacer grandes cosas a nivel de participación. Su fuerza es más que evidente.

Las fiestas de Navidad nos recuerdan que Dios no es un absoluto indiferente al sufrimiento del hombre, sino el "Emanuel", el Dios-con-nosotros que comparte la suerte del hombre y participa de su destino. La muerte y el sufrimiento son inseparables de la historia del hombre pero son también la clave del misterio que no se engaña con propuestas ilusorias, banales e inmediatas que obstruyen el camino. Las luces, adornos y motivos navideños enmarcan una actitud que se resiste a ser derrotada y que está dispuesta a caminar con esperanza y proyectar hacia el futuro.

La esperanza es prerrogativa del hombre. Vivir es esperar. La fragilidad de la vida toma sentido gracias a la esperanza; es espera, confianza y certeza de la realización de lo que se ama y de lo que se desea; es compromiso constante de superar los obstáculos que contrastan con la realidad esperada; es pregustar la paz que será plena. No es deseo de cosas, sino que se entiende como anhelo a la comunión sin límites con las personas amadas.

Los cambios estructurales que se requieren son arduos, pero para los que saben que hay "Alguien" que lo garantiza, se convierte en esperanza que rechaza toda forma de apatía, se opone a quien dice que ya lo logró y al que se cansa de hacer el bien. Si muere la esperanza ya no se vive como hombre. La esperanza es cierta, inequívoca, se basa en la fidelidad del "Amigo" que ha intervenido anteriormente y que sigue entre nosotros. El compromiso del que trabaja con esperanza no está en hacer cosas o producir bienes, sino principalmente al crecimiento y al desarrollo total y solidario de la justicia y de la hermandad. Le esperanza brinda un mañana siempre nuevo. Es compromiso de cambios personales y en todos los ámbitos de la vida social (política, economía, educación, religión, moral…) para hacer obras de esperanza.

Piensalepiensale@hotmail.com

Leer más de Gómez Palacio y Lerdo

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Gómez Palacio y Lerdo

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 1067597

elsiglo.mx