Sembrado por mi padre éramos hermanos: la misma mano nos dio apoyo, cuidado y protección. Como dice Erich Kästner, "Con los árboles se puede hablar como con un hermano y hacerlo te cambia el alma".
Y hablándole y hablándome,me enseñó mucho. Los árboles son sagrados, quien sabe escucharles descubre la verdad(Hermann Hesse). Generoso daba sombra y frutos al viandante sin egoísmo. Gratuitamente ofrecía limones a quien alzara la mano, pero exigía respeto; las espinas hacían que la relación con los que lo trataban fuera amable, cariñosa y cuidada.Invitaba a detenerse a los agobiados por nuestro sol lagunero como quien llega a un oasis y les ofrecía el frescor que sólo un árbol puede dar y que tanto apreciamos en La Laguna. Una madrugada recibió el impacto de un pequeño automóvil. El grito del árbol herido de muerte me despertó. Ahí estaba protegiendo a 4 muchachas en mal estado (el mal estado lo tenían con anterioridad al suceso). Las cubrió deamarillo: limones rodaron y rodearon el pequeño vehículo. El limonero fue lo suficientemente flexible para amortiguar el golpe y salvar a sus agresoras. Pero su misma fragilidad fue su desgracia y hendido por el mortal rayo mecánico, murió. No era tan frágil pero estoy seguro que prefirió serlo en ese momento, para proteger la vida de esas jóvenes. Fue siempre generoso y se entregó, como cumplimiento de su vocación de servir hasta el extremo.
Hace algunos años sucedió quellegó un candidato a presidente municipal, haciendo su campaña proselitista a uno de tantos pueblos de nuestra comarca, que, no obstante los pocos kilómetros que los separan de la ciudad, adolecen de gran marginación en cuanto a servicios. Al preguntar sobre las demandas de tan paupérrima comunidad, que por otro lado saltaban a la vista, para que el candidato les arreglara para cuando tuviera el poder, una señora le pidió sólo un árbol grande. Sorprendido el candidato de que no pidiera pavimentación, arreglo del camino o agua potable, le aclaró la demandante que sólo eso le pedía pero que no lo dejara en pura promesa, recordándole anteriores compromisos incumplidos por parte de otros candidatos que la habían decepcionado. Preguntó el político: "¿Pero por qué un gran árbol?" a lo que contestó apasionadamente la señora:"Tenemos muchas ganas de sentarnos a la sombre de un árbol para descansar del calor agobiante, jugar a la lotería, poner un columpio, y no tenemos aquí ni un solo árbol". Al candidato se le hizo fácil y se comprometió con ella y consigo mismo que le traería su árbol grande. Una vez en el poder, en el afán de cumplir su promesa, tuvo que arreglar el camino que estaba muy estrecho para poder hacer llegar el árbol;una vez sembrado necesitó también perforar un pozo de agua para que el árbol tuviera el líquido vital y evitar que muriera, la electricidad también fue necesaria para poder hacer funcionar la bomba del pozo. Finalmente aquel árbol favoreció mejoras impensadas originalmente por la autoridad en favor de esa comunidad.
Hace ocho días arrancó el programa "Reforestemos para la Vida" con 30 mil árboles, por parte de las autoridades municipales de Lerdo, Gómez Palacio, Torreón y Matamoros. La importancia de este acontecimiento es más grande de lo que parece. Sin duda fue una respuesta a las demandas del poderoso movimiento "Laguna yo te quiero" que ya tenía planeada una actividad similar y a los demás movimientos de participación ciudadana como ELLA.Todo esto se suma a la exigencia de mayor participación ciudadana que en todo el país se está manifestando de diversas formas como respuesta a la situación nacional de instituciones decadentes que requieren renovarse. Los partidos y los gobiernos deben abrirse a este cambio y la reforestación permite las relaciones directas y la purificación y depuración de vicios en todos los sectores sociales. Es irremediable el cambio, pero puede hacerse violentamente y con resistencias, como está sucediendo en el Guerrero, Chiapas y Michoacán, o puede tomar el camino verde, colaborando todos por una verdadera transformación efectiva. En la Laguna sabemos la riqueza de un árbol, no solo por la sombra que da en un ambiente caluroso, sino también la purificación del aire, la cortina contra los vendavales, el aspecto decorativo. Con los primeros árboles derribados comenzó la civilización. Con los últimos árboles derribados la civilización terminará. Nuestro desierto lagunero nos ha enseñado a apreciar la vida en todas sus manifestaciones: un árbol, un animal o una vida humana. Reforestar es culturizar, es enseñar a apreciar el valor de la vida. Es interesarme por el bien común, por futuro, por procesos progresivos y a largo plazo. La distribución de los 500 millones de pesos del fondo metropolitano no debe reducirse a un "repartir" el dinero entre las ciudades laguneras para hacer obras que son propias de cada ciudad, sino en realizar proyectos que impacten a La Laguna como tal (Red metropolitana de transporte, espacios de convivencia y esparcimiento para todos como el parque Nacional Raymundo, protección civil y acciones de prevención contra la violencia en la región, prevención de la obesidad y educación de la salud, prevención del uso de drogas, etc.).
Todo esto requiere una profunda reforma política y social de mayor participación ciudadana para crear estructuras, superar resistencias de corrupción, de impunidad y de violencia organizada; tampoco dejarnos engañar por apariencias que no cambian lo que se debe cambiar o cambios que son peores que los que estaba antes (nuevas formas de corrupción, pactos con la delincuencia, pactos con estructuras de poder económico nacionales e internacionales).
Hoy he sembrado un nuevo limonero. En el mismo lugar del anterior que nunca fue repuesto ni por los causantes del accidente ni por las autoridades. ¿No sabían lo importante que es un árbol? Dice Alexander von Humbolt que hay que respetar a los árboles porque son un milagro sin igual.Mi corazón espera otro milagro de la primavera.
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