El pasado jueves 9 de octubre el ayuntamiento de Gómez Palacio a través de la Dirección Municipal de Cultura y dentro de la programación del Festival Internacional Revueltas 2014 auspiciado por el Gobierno del Estado de Durango, presentó en el vestíbulo del Centro de Convenciones Francisco Zarco, la muestra Revueltas 100 años: Imagen y Palabra.
La exposición fotográfica que (actualmente permanece abierta al público) refleja la vida familiar, social y profesional del incorruptible luchador social y talentoso escritor, desde su infancia hasta su cortejo fúnebre: se le aprecia en sus años juveniles, al lado de sus esposas e hijos, con sus colegas contemporáneos, en acción durante el Movimiento Estudiantil de 1968, en Lecumberri durante su reclusión y finalmente llegando al Panteón Francés de La Piedad, donde descansa, por fin, para siempre. Son 24 fotografías en blanco y negro, en formato de 46 x 30 centímetros y 19 fichas que contienen fragmentos escogidos de sus obras literarias, entre otros:
"Los hombres inventan absolutos, Dios, Justicia, Libertad, Amor, etcétera, etcétera, porque necesitan un asidero para defenderse del Infinito, porque tienen miedo de descubrir la inutilidad intrínseca del hombre. Sí, lo asombroso no es la inexistencia de verdades absolutas, sino que el hombre las busque y las invente con ese afán febril, desmesurado, de jugador tramposo, de ratero de alta escuela. En cuanto cree haber descubierto esas verdades, respira tranquilamente. Ha hecho el gran negocio. Ha encontrado una razón de vivir…". Tomado de la obra "Los días terrenales".
José Revueltas Sánchez, miembro de una ilustre familia duranguense en la que sobresalen sus hermanos Silvestre, músico, Fermín, pintor y Rosaura, actriz, nace el 20 de noviembre de 1914 en la población de Santiago Papasquiaro del estado de Durango, siendo sus padres don José Revueltas y doña Romana Sánchez.
Su niñez transcurre inicialmente en su tierra natal y posteriormente en la ciudad de México, a donde se traslada su familia por motivo de los negocios de su señor padre. Su hermana Rosaura lo describe en "Los Revueltas, biografía de una familia", editorial UJED, segunda edición, 2010, como un niño precoz, con vocación de conocer todo por sí mismo, reacio a asistir a la escuela, no obstante, que empezó, como la mayoría de sus hermanos, a leer y escribir desde muy corta edad; observador, en el mercado de La Merced donde vivían y se ubicaba el comercio familiar, de las marcadas diferencias sociales, por una parte, los negocios abarrotados de mercancías y por la otra, la extrema pobreza, el jornal extenuante y mal pagado de los mozos.
Ese temprano despertar a la conciencia social que le va perfilando su filiación de izquierda, le conduce a sumarse y a emprender luchas en defensa de los derechos laborales, ejerciendo el derecho de huelga; además, funda y dirige la radical Liga Espartaco (de la cual es expulsado por su radicalismo), filial del Partido Comunista, actividades que lo llevan a sufrir prisión, antes de cumplir la mayoría de edad, en el penal de las Islas Marías, donde escribe su novela "Los Muros de agua", de la cual rescata la Muestra, este fragmento:
"Las noches de la Isla son palpitantes y llenas de misterio. Del océano salen sombras oscuras y cálidas, que se detienen en el aire adhiriéndose a los hombres y penetrando sus sueños. Entonces aparecen mareas difusas, llamamientos que vienen de muy lejos y referencias interiores que vuelven el espíritu hacia sus propios orígenes. Nadie puede resistir el influjo y se experimenta la necesidad de ir hacia el mar, desde la playa, como hacia un viejo dios, no para oír palabras y rumores, sino para no oír nada, y quedarse en la oscuridad, donde cielo y agua se adivinan, y se adivinan, también, todos los recuerdos, el amor ausente, la vida infructuosa, los anhelos sin utilidad y los esfuerzos sin gloria…".
Regresa de su reclusión después de cuatro meses, gracias a que el general Francisco J. Mújica, director del penal de las Islas Marías, considera fuera de toda legalidad que un menor de edad esté confinado en tan extrema prisión, sin embargo, en el año de 1934 vuelve a la carga y de nuevo también a su antiguo lugar de castigo, al organizar una huelga de peones agrícolas en la hacienda de Camarón en el estado de Nuevo León; en este segundo encarcelamiento permanece alrededor de un año.
Como consecuencia de su participación en el Movimiento Estudiantil de 1968, fue internado en el Palacio Negro de Lecumberri, donde estuvo detenido en compañía de un considerable número de miembros del consejo nacional de huelga, durante dos años. Así transcurrió su infatigable existencia, empujada por sus acendradas convicciones y sostenida por su inquebrantable carácter.
El nombre de José Revueltas tiene arraigo en Gómez Palacio, ya que la Casa de la Cultura, a instancias del maestro Víctor Sandoval director del Instituto Nacional de Bellas Artes, y con el apoyo del gobierno del Estado de Durango, abrió la convocatoria el 7 de diciembre de 1975 para que los escritores participaran en el Premio de Ensayo Literario, que alienta el conocimiento de la obra de literatos mexicanos y latinoamericanos contemporáneos. El tema fue: Vida y obra de José Revueltas.
Al morir nuestro ilustre paisano el día 14 de abril de 1976, antes de la entrega del primer premio, por acuerdo de las instituciones convocantes y como un homenaje a su extraordinario quehacer literario, el Premio de Ensayo Literario se denominó "José Revueltas"; desde entonces, anualmente se realiza con una amplia participación de escritores mexicanos y extranjeros, entregándose el premio único, que a la fecha importa la cantidad de: $300,000.00, en solemne ceremonia que se celebra en nuestra Casa de la Cultura.
El que escribe, como director de la Casa de la Cultura de Gómez Palacio, tuve el honor de entregar los Premios de Ensayo Literario "José Revueltas", correspondientes a los años de 1988, 89, 90, 91 y 92.
Respecto a nuestro árido terruño del semidesierto del norte de México, y refiriéndose en particular a "Sabinas Hidalgo" (del estado de Nuevo León), nuestro ilustre coterráneo, nos regala la siguiente litografía literaria:
"El norte es tierra blancuzca e hiriente. Llanuras y desierto todavía sin domar: Ariscos, poblados de matojos y chaparros, de dolorosos cactus que martirizan, torturan la carne, casi símbolo de toda la tierra mexicana, india y dolida. El horizonte reverbera atravesado por los rayos de un Sol impune, rojo como una bola de fuego. La tierra se quiebra al trotar de los caballos, reseca y sedienta. El viento es un viento loco, sin freno. Viento del norte. Feroz viento mexicano, libre, libérrimo; aúlla por las rendijas de las casas de madera; levanta grises tolvaneras; gritos en medio de la desolación de los campos angustiados…" Fragmento tomado del libro de memorias: Las evocaciones requeridas I -1987-.
La obra literaria de José Revueltas comprende en el género de la novela: Los muros de agua -1941-, El luto humano -1943- (con el que obtiene el Premio Nacional de Literatura), Dios en la tierra -1944-, Los días terrenales -1949-, En algún valle de lágrimas -1956-, Los motivos de Caín -1957-. Dormir en tierra -1960-, Los errores -1964-, El Apando -1969-, Material de los sueños -1974-. En 1967 recibió el Premio Literario Xavier Villaurrutia, de escritores para escritores, a la trayectoria literaria.
De su obra teórico-política, se significan: México: una democracia bárbara -1958- Ensayo sobre un proletariado sin cabeza -1962-, México 68: juventud y revolución -1969-. Además, tres tomos de sus escritos políticos y Cuestionamientos e intenciones, cuyo contenido son ensayos sobre teoría: Literaria, estética y marxista del conocimiento. También escribió con idéntico éxito cuentos, obras de teatro y guiones cinematográficos de reconocida calidad.
"Polvo que piensa no vuelve al polvo", frase que le acomoda a José Revueltas, el literato más allá de su controvertible vida de luchador político-social-radical, vida que está limpia de toda conducta corrupta y mezquina; un escritor reconocido universalmente, no obstante, que grupúsculos de colegas suyos intentaron vanamente eclipsar su estrella. Su obra perdurará por siempre refrendando su inconmensurable espíritu. Vayan a disfrutar la muestra, estimables lectores, se los sugiere su cronista y amigo. Nos encontramos D. M. dentro de quince días. Agur.
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