La Plaza Juárez de Gómez Palacio, cuando lucía su exhuberante vegetación. Esos eran otros tiempos.
Ahora que de manera caprichosa se nos ha adelantado la llegada de la primavera, según se dice por los efectos del cambio climático (mis dos nogales brotaron el pasado día 6 en lugar de hacerlo el día 15 de marzo como todos los años), y que la nueva administración municipal ha dado visos de atender la imagen de nuestra otrora legañosa ciudad es momento de volver los ojos a los parques y plazas públicas, que forman parte importante del rostro urbano.
Desde mediados del año de 2012, tomamos como tema central de nuestras colaboraciones la dignificación de la Plaza Juárez de Gómez Palacio, por considerar que la remodelación que se le propinó en 2008, más que mejorarla la perjudicó y de paso le restó espacios para la plantación de árboles, sobre todo junto a las bancas -de puro fierro vaciado, "adecuadas" para el Sol-, donde se arrellana nuestra gente a convivir, a descansar.
En nuestras colaboraciones de los domingos 23 de julio de 2012, 10 y 17 de febrero, 1 de septiembre y 15 de diciembre de 2013, aparecidas en la Sección de Gómez y Lerdo de "El Siglo", señalamos algunos obstáculos y deficiencias que presenta nuestra querida Plaza Juárez, para ofrecer una más grata estancia, particularmente a sus "legítimos propietarios", los adultos de la tercera edad, por ejemplo:
1. Que la banqueta perimetral que en algunos tramos presenta una altura hasta de 40 centímetros, se aligere reduciéndola a través de rebanar su piso para construir un pequeño escalón.
2. Que el agua que se derrama de sus bebederos se canalice para el riego de árboles.
3. Que se abran más espacios para la plantación de árboles en los andadores y que por supuesto se pueblen las amplias jardineras tradicionales que actualmente están raquíticamente forestadas.
4. Que los árboles (moros, fresnos, lilas, álamos, u otros resistentes a las características propias de nuestro clima) que se agreguen tengan una altura y un grosor en sus tallos que sean propicios para que en el mediano plazo prodiguen sombra.
A continuación y por considerarlos oportunos y útiles transcribiré algunos de los párrafos extraídos de las colaboraciones mencionadas con anterioridad, y que contienen importantes sugerencias del Ing. Francisco Lastra González, egresado de la F.A.Z de la U.J.E.D., experto en la materia:
"La Plaza no está cumpliendo con su función de dar esparcimiento, sombra, frescor y una atmósfera cargada de oxígeno y aromas vegetales; ya casi no hay árboles, esto se ha convertido en un `asoleadero→ , más propio para broncearse que para el reposo. ¿Porqué no se rescata?"
¿Qué opinas del estado que guardan los escasos árboles de la Plaza, sobre todo los más añejos? El Ing. Lastra, responde: "A leguas se notan mal manejados. No se les aprecia poda, ya que presentan de tres a cinco ramas sin suprimir, lo que impide su desarrollo. Cosa diferente sería si se deja una sola rama.
"Hay muchos árboles secos que tienen más de un año en esa condición y no se han sustituido. Esos lugares deberían ser ocupados por otros árboles de edad, de dos o tres años, con un mínimo de cuatro pulgadas de diámetro, por ejemplo: Moro de la especie que no da fruto -para muestra un botón, en verano con su gran fronda, el que se aprecia frente al puesto de Mingo-, Álamo Lagunero "alamillo", que crece en las márgenes del Río Nazas y muy pronto brinda una sombra abundante y la Lila de Sombrilla, que aguanta el frío y su flor ofrece un aroma agradable.
"El Fresno pudiera ser otra opción, muy frondoso y soporta las heladas, aunque requiere de mucha agua; lo que no sería obstáculo si se canaliza el desperdicio de los bebederos que, sin drenaje, se acumula en el piso formando lagunas negras y pestilentes. En última instancia, qué tanto puede costar el que una pipa preste el servicio de regar adecuadamente el arbolado, que precisamente, por la falta del líquido suficiente, es que se ha ido erosionando el patrimonio forestal".
A nuestra pregunta sobre la causa de plagas en corteza y tronco de los árboles adultos, responde el Ing. Lastra: "La termita, la pudrición de la raíz y de la corteza que actualmente están presentes en los fresnos -viejos o avejentados- de la Plaza, son causadas por riego insuficiente y carencia de materia orgánica en el subsuelo, lo que produce estrés y la incidencia de enfermedades. Se riega superficialmente el pasto de los jardines, que no propiamente a los árboles de grandes alturas.
"Con sólo levantar la vista podemos observar las copas secas de los árboles grandes, síntoma inequívoco de la falta de agua. Pudieran reaccionar si desde ahora los regamos todo este mes en cantidades abundantes, por supuesto, formándole su cajete a cada árbol, y de no reaccionar la copa con el tratamiento en un mes -segunda semana de marzo- proceder a podarla para provocar su reactivación".
Así en esos términos se refería el gomezpalatino Ing. Francisco Lastra González, actualmente encargado de la Brigada de Educación para el Desarrollo Rural No. 52, ubicada en la colonia Álvaro Obregón y dependiente de la S. E. P., hace un año, a las condiciones en que se encontraba el inventario forestal de Nuestra Plaza, que desgraciadamente no han mejorado a la fecha.
Creemos como buenos laguneros, que para conseguir árboles adultos, candidatos a ser trasplantados, sin erogar dinero, se puede promover una convocatoria pública, para que quienes ya no desean conservar un ejemplar de esas características en sus fincas, lo pudieran donar para que luzca y de servicio en un lugar de honor, como pudieran ser nuestros parques y áreas verdes, al servicio de la comunidad. Nada se pierde con intentarlo.
Invitamos a nuestros paisanos a que visiten su Plaza Juárez, se compenetren de su estado actual y en un futuro próximo se puedan convertir en voluntarios al servicio de su rescate. Nos encontramos el siguiente domingo, D. M. Agur.
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