Ojalá muy pronto se le restituya su brida o rienda original de bronce, al caballo del General Villa.
Tercera parte
Justa y oportuna, la decisión de los integrantes del H. Cabildo de Gómez Palacio, tomada en sesión ordinaria el pasado día 30 de abril, mediante la cual se impone el nombre de: "Centenario de la Gran Batalla de Gómez Palacio", al que hasta ese día se denominó bulevar San Antonio, ubicado en el noreste de la ciudad. ¡Enhorabuena!
Muchas páginas de periódico, kilos de tinta, pancartas, documentos y, en general, tiempo en los medios de difusión comarcanos, se utilizaron durante los primeros meses del presente año para intentar diluir la auténtica dimensión de la gesta heroica protagonizada por los ejércitos de la División del Norte durante los días del 22 al 26 de marzo de 1914 en las laderas del auténtico símbolo de Gómez Palacio: El Cerro de la Pila.
Si bien es cierto, que durante esas fechas y días posteriores de 1914 se escenificaron algunas batallas en distintas poblaciones laguneras como Mapimí, Tlahualilo, Lerdo, Sacramento (Gregorio A. García), Torreón, San Pedro y Viesca, entre otras, para replegar al Ejército Federal a cargo del General José Refugio Velasco, que pertrechado desde semanas atrás en las trincheras del Cerro de la Pila y puntos estratégicos como la Casa Redonda de Ferrocarriles y la Jabonera La Esperanza, confiaba en derrotar a la División del Norte y, de paso, evitar que se causaran daños a la ciudad de Torreón, no obstante, lo anterior, la Gran Batalla se produjo en Gómez Palacio.
Lamentablemente, en su momento, no se llevaron a cabo las respectivas celebraciones centenarias a la altura de la importancia histórica de las batallas, en los municipios de Mapimí, Lerdo, Tlahualilo y Gregorio A.García, del lado de Durango, o quizá no se les dio la debida difusión, pero es el caso que fueron condenadas a quedar contenidas en un programa escuetamente denominado: Las Batallas de La Laguna.
Por lo que respecta a Gómez Palacio, y merced a la iniciativa del diputado Juan Ávalos Méndez, la H. LXVI Legislatura del Congreso del Estado de Durango, con fecha 24 de marzo del presente año celebró al pie del Cerro de la Pila, Sesión Solemne para significar el Centenario de la Gran Batalla de Gómez Palacio, ceremonia sin la cual, el trascendente suceso que fue la antesala del triunfo de la Revolución y la consecuente expulsión del usurpador Victoriano Huerta, hubiera quedado velado tras el membrete de Las Batallas de La Laguna, de la misma manera como durante los últimos cien años estuvo ensombrecido por el de: La Toma de Torreón.
Por cierto, ahora que se reivindica por parte del H. Cabildo, el adecuado calificativo que merece nuestra epopeya revolucionaria, al rebautizar un bulevar de la ciudad con el nombre de "Centenario de la Gran Batalla de Gómez Palacio", justo es, que también se modifique la placa alusiva a la celebración de la Sesión Solemne del Congreso del Estado (cuya manufactura no fue ordenada por el Congreso), colocada en el pedestal de la estatua ecuestre del General Francisco Villa, donde erróneamente se califica el acontecimiento como La Batalla de La Laguna, cuando debe decir: "Centenario de la Gran Batalla de Gómez Palacio", por haberlo acordado así los señores diputados de Durango.
Y aún más, en la citada placa se cometen algunos errores de redacción y de correcta y adecuada consideración: Uno de ellos, al calificar a Gómez Palacio, como ciudad "Heroica e Histórica" (histórico, en general, es todo aquel suceso que cuando menos tiene un día de antigüedad), cuando lo propio debe ser: Gómez Palacio, ciudad Heroica y Sitio Histórico de Interés Nacional, si nos atenemos a la descripción tradicional que se acostumbra en ese tipo de lugares.
A lo anterior, debemos agregar que no fue durante la mencionada Sesión Solemne del Congreso del Estado, que se acordó dignificar a la ciudad con el calificativo de Heroica y como Sitio Histórico, sino que fue en Sesión Ordinaria del H. Cabildo de fecha 19 de marzo de 2014, cuando se tomó esa determinación por unanimidad. Atendiendo a tan contundentes razones debe modificarse la citada placa conmemorativa, que nos exhibe ante propios y extraños de manera no muy edificante.
Ojalá, antes de que sea tarde, se organice un Bando (pregón), donde se informe a la ciudadanía con bombo y platillo y de viva voz por el ayuntamiento en pleno, que nuestra ciudad ha sido declarada Heroica y Sitio Histórico de Interés Nacional, para que en adelante se anteponga, en toda circunstancia, al nombre de Gómez Palacio, la "H" que la ennoblece, entre todas las ciudades de México, como Heroica.
Para terminar, y sin que esto constituya ánimo de estar "jeringando", solicitarle a quien tenga a su cargo la encomienda de preservar el buen estado de los monumentos históricos, se sirva sustituir -provisionalmente- el tramo de soga con que fue "restaurada" la brida o rienda hurtada al caballo (que por cierto resulta ser macho, nada que ver con la famosa yegua "Siete Leguas"), integrante de la estatua ecuestre del General Villa, con dos metros de cadena, que sin dudarlo donará presurosa la acreditada ferretería La Herradura, propiedad del buen amigo Armando de la Fuente Kuri.
La escultura ecuestre que nos ocupa, fue realizada en la Escuela de Pintura, Escultura y Artesanías de la Universidad Juárez del Estado de Durango, quien debiera ser la institución idónea para restaurarla en definitiva. Bastaría sólo un "telefonazo" al Ing. Vicente Reyes Espino, distinguido gomezpalatino que ocupa actualmente la Secretaría de la UJED, se los aseguro, para que se restituya al caballo, su brida original de material de bronce. Nos encontraremos en próxima ocasión D. M. Agur.
P.D. Una merecida disculpa a mis amables lectores, damas y caballeros, por no haber avisado oportunamente, la ausencia de esta columna en anteriores domingos. Seguiremos encontrándonos aunque de manera espaciada. Gracias.
hravendano 472003@yahoo.com.mx
