Yong Kim. De acuerdo con el Banco Mundial, la clase media representa el 32 por ciento de la población latinoamericana.
El presidente del Banco Mundial, Jim Yong Kim, dijo ayer que el reto de América Latina contra la pobreza reside, más que en mover más personas a la clase media, en que el crecimiento económico sea más incluyente para reducir la inequidad.
Aunque la reducción de los niveles de pobreza en la región "ha sido una de las grandes historias de éxito", Kim dijo que los datos del Banco Mundial (BM) han dejado en claro que "la inequidad continúa siendo muy alta en gran parte de Latinoamérica".
Explicó que frente a esta situación la institución que preside ha priorizado en su estructura de trabajos con estos países la necesidad de mantener un crecimiento que sea incluyente para incorporar de esta manera a los pobres a la economía formal.
"Creemos que este crecimiento, que tiene que ayudar a los pobres, a las mujeres, cualquier grupo marginado, es fundamentalmente inestable, de modo que estamos muy comprometidos tanto con encontrar una ruta para el crecimiento como un mayor beneficio en la prosperidad", indicó.
Durante una teleconferencia de prensa, en anticipación a un discurso que pronunciará hoy en esta capital, Kim dijo que es por ello que el BM ha insistido en la necesidad de invertir en la gente, en áreas como salud, educación y protección social.
"Creemos que cada país en Latinoamérica debe encontrar tanto una estrategia de crecimiento robusto como una estrategia que garantice que un mayor número de personas avancen hacia la clase media", dijo.
De acuerdo con cifras que dio a conocer en Brasil el vicepresidente del Banco Mundial para América Latina, Hasan Tuluy, gracias a la reducción de la pobreza en la región durante la pasada década, el número de personas en la clase media supera al de los pobres.
La clase media constituye ahora el 32 por ciento de la población latinoamericana, por encima del 30 por ciento que vive en la pobreza, o con 2.50 dólares al día, según la definición del BM.