A CUENTAS
Te debo mis fracasos
Mi estancia rutinaria
Mi vida que en tus brazos
Por ti dejé plantada.
Me debes los esfuerzos
No pagas los desvelos
Mis retos que en pedazos
Dejé siempre en tus juegos.
Bailé siempre tu son
Corrí siempre en los años
Ignoré mi propio yo
Que pude haber hallado.
Mis horas de trabajo
Que nunca agradeciste
Mi gran resignación
Pues siempre me quisiste.
Del libro: "En el Alarido de lo Inmarcesible".