¿Se acuerda usted de la frase que inmortalizó al que fuera secretario de Comercio y Fomento Industrial, Jaime Serra Puche: "La mejor política industrial es aquella que no existe"? Bien, pues 20 años después el gobierno plantea una estrategia que apuesta hacia el objetivo.
Estamos hablando del Programa de Desarrollo Innovador que inexplicablemente no ha encontrado aún eco entre los organismos empresariales, pese a que el escenario abarca no sólo la industria sino el comercio.
El silencio alcanza a la propia Secretaría de Economía. Publicado en el Diario Oficial el 16 de diciembre del año pasado, la exposición de motivos habla de ubicar líneas de acción para mejorar o incrementar la competitividad del país; fortalecer el mercado interno; mejorar el marco regulatorio de apoyo al consumidor, y multiplicar las inversiones. Más allá, fomentar la innovación como impulsora del desarrollo económico y el emprendimiento, y fortalecer el desarrollo empresarial de las micro, pequeñas y medianas empresas.
El englobe habla de insertar al Estado, sin regresar a políticas de control, en el cambio de una economía mixta a otra de libre mercado.
El documento reconoce que frente a la profunda transformación de la estructura productiva ante el proceso de apertura e integración de México a la economía internacional, cada sector, empresa o región ha tenido que desplegar su propia estrategia para subirse al camión.
El regreso de la política de fomento industrial que existía hasta la llegada al poder del presidente Miguel de la Madrid, pasa por un proceso previo que reclama fortalecer la información de mercados para facilitar la toma de decisiones; realizar estudios de proyectos productivos con información sectorial, y promover la integración de empresas o cadenas de valor.
Además, contribuir al abasto de productos para mejorar la economía familiar.
Tras el dejar pasar/dejar hacer, pues, regresa el Estado rector.
Sin embargo, de ahí la extrañeza por el escaso eco de organismos como Concamín, Concanaco y Canacintra, se requiere implantar campañas de capacitación conjunta para disminuir el costo logístico en las empresas, promover la innovación en los sectores y lograr que los programas gubernamentales se alineen al requerimiento de las empresas. En el primer caso se marcan como líneas de acción el empatar la infraestructura con las necesidades de consumo, producción y distribución, y habilitar e integrar redes logísticas de alto desempeño, soportadas en planeación urbana de distribución consistente y de largo plazo.
En el segundo, de impulsar el desarrollo tecnológico vía el mejoramiento de los incentivos para la inversión en investigación, desarrollo y gestión tecnológica; impulsar la creación, atracción y fortalecimiento de centros de ingeniería, diseño, investigación, y facultar y promover la protección de la propiedad industrial.
En el tercero, de lograr que las compras de gobierno fomenten la proveeduría nacional de acuerdo a lineamientos establecidos en acuerdos internacionales; alinear las negociaciones comerciales internacionales con las agendas sectoriales, y promover las exportaciones y atraer inversión extranjera, alineadas ambas a las necesidades de los sectores.
La promesa habla, frente a la pasividad en que ha caído el combate a las prácticas desleales e ilegales de comercio, recomendar el establecimiento de salvaguardias… y defender jurídicamente las resoluciones.
Del otro de la mesa, empero, se insiste en armonizar las normas oficiales mexicanas con las internacionales.
En el marco del Programa para Democratizar la Productividad, la promesa habla, a su vez, de impulsar la transferencia de tecnología fortaleciendo la vinculación entre instituciones de educación superior, centros de investigación y el sector productivo.
En paralelo, revisar la participación de las empresas mexicanas en cadenas comerciales de valor y desarrollar infraestructuras que favorezcan la integración logística y aumenten la productividad regional, detonando las plataformas que sean avaladas por la industria.
El abanico abarca prácticamente todos los renglones de la actividad productiva y distributiva.
Regresó el director de orquesta.
BALANCE GENERAL
Aunque quedan en la mesa los cuatro acuerdos firmados con Canadá y algún compromiso verbal pactado en la breve conversación privada entre los presidentes de México y Estados Unidos, Enrique Peña Nieto y Barack Obama, el balance de la Cumbre de Líderes de América del Norte es raquítico. Se diría que cada quien pugnó por sus intereses. Mientras el país de allende de Bravo defendió su propuesta de reforma migratoria cuyo escenario no alcanza las expectativas de nuestro país, Canadá se aferró a no revivir aquel viejo programa que permitía el trabajo temporal agrícola de trabajadores mexicanos.
México se topó con la indiferencia de los dos países en relación a la posibilidad de llevar al Tratado de Libre Comercio de América del Norte a un escenario de integración económica, colocados los ojos de ambos en el Acuerdo Transpacífico conocido como TPP.El escenario apenas permitió tocar de soslayo el diferendo entre nuestro país y el de las barras y las estrellas sobre la exigencia de cumplir el compromiso del TLCAN en materia de apertura al transporte de carga.
De la etiqueta que impide el libre flujo de atún mexicano a Estados Unidos, ya ni se habló.
De acuerdo a la Secretaría de Economía, la reunión permitiría trazar los lineamientos de la nueva estrategia de desarrollo de la región.
MEXICANA A QUIEBRA
La firma por parte del administrador de la filial de mantenimiento aéreo de Mexicana de Aviación, MRO, aceptando su capitalización vía el canje de deuda por acciones, cerró, finalmente, la última rendija que tenía la firma en la esperanza de su rescate.
El inversionista que había llegado en el último minuto a la pelea exigía el paquete completo, es decir la propiedad del único negocio en marcha de la línea aérea.
Los dueños de los talleres que le dan empleo a mil 200 trabajadores serán ahora, en orden de importancia, el Banco Mercantil del Norte, el Banco Nacional de Comercio Exterior y el aeropuerto capitalino.
El compromiso es crear un fideicomiso con las utilidades para cubrir el pasivo laboral, es decir la posibilidad de liquidación del resto de los trabajadores… en un plazo de cinco años.
El inversionista que levantó su oferta ofrecía hacerlo de inmediato.
Mexicana y sus filiales Click y Link, pues, serán declaradas en quiebra.
Sí, PERO NO
Aplaudible por su carácter nacionalista la propuesta del presidente de la Coparmex, Juan Pablo Castañón, de darle mano a empresas mexicanas para asumir la exploración y explotación de campos que deseche Petróleos Mexicanos en la llamada ronda cero, la posibilidad, sin embargo, es inviable de cara al Tratado de Libre Comercio de América del Norte.
Las firmas de Estados Unidos y Canadá alegarían trato discriminatorio en un panel de solución de controversias.
El volado del sindicato patronal apuntaba a favorecer a empresas como los grupos Carso, Alfa y Diavaz.
El compromiso del acuerdo mercantil es darle a las contrapartes trato de nación más favorecida.
REAPARECE PéREZ MOTTA
Quien reapareció en la escena es el expresidente de la extinta Comisión Federal de Competencia, Eduardo Pérez Motta, ahora al frente de un despacho especializado en el tema, cuya razón social es Agon.
El exfuncionario ofrece tareas de consultoría.