Unidad. Numerosos manifestantes se calientan en torno a una hoguera durante una protesta antigubernamental en Kiev.
Manifestantes ucranianos y efectivos antidisturbios pusieron anoche en peligro la tregua acordada el jueves entre Gobierno y oposición al reanudar los enfrentamientos en las inmediaciones del estadio del Dinamo Kiev.
Poco después de que el presidente ucraniano, Víktor Yanukóvich, accediera a la reestructuración del Gobierno y la revisión de las leyes "dictatoriales", los manifestantes vuelven a lanzar cócteles molotov y adoquines contra la policía.
Los manifestantes, que habían fortificado durante los últimos dos días con sacos de nieve las barricadas tras los autobuses calcinados, han creado una nueva cadena de fuego que alimentan con neumáticos para mantener a raya a los antidisturbios.
Ahora, menos de un millar de belicosos manifestantes se encuentran concentrados en la zona, a cuya espalda han instalado varias hogueras para soportar las bajísimas temperaturas que rondan los 15 grados bajo cero.
En respuesta, la Policía ha reaccionado con el lanzamiento de granadas aturdidoras, chorros de agua para sofocar los incendios y grandes focos para deslumbrar a los manifestantes que osan acercarse a la vanguardia de la línea de frente del estadio.
Hasta ahora, ambas partes habían respetado religiosamente el cese de las hostilidades que abrió la puerta a la celebración de negociaciones entre los líderes opositores y Yanukóvich.
Mientras, se informó de que hace unas horas un policía fue asesinado de un disparo en la cabeza en Kiev cuanto regresaba a su domicilio.