Las imágenes de los policías agredidos en el Estadio Jalisco circularon por las redes sociales. (Especial)
"Desde que entraron a las tribunas del estadio luego que dieron el 'portazo' se burlaron de nosotros, nos ofendieron. Algunos compañeros fueron escupidos por las muchachas que entraron junto con la porra de Chivas. No nos bajaban de cu..."
El policía tapatío del cuerpo de antimotines de Guadalajara habla de sus impresiones de la noche del sábado pasado en el Estadio Jalisco, pero sin revelar su nombre, porque considera que los ánimos están muy calientes en los barristas, luego de que quedaron muchos de sus compañeros presos y siguen deteniendo a otros.
"No pude ir a defender a mis compañeros porque nos pidieron a un grupo de policías, minutos antes del enfrentamiento, que fuéramos a ubicar a los porristas que prendieron las bengalas y la instrucción era que nos quedáramos en esa zona para evitar que hubiera más", dice.
"El grupo que prendió las bengalas no paró de ofendernos, de provocarnos, de llamarnos cul... y nos invitaban con sus manos para que fuéramos por ellos. Nos mentaban la madre con el brazo, nos hacían señas de que éramos miedosos. La orden era que nos mantuviéramos atentos a que no hubiera más bengalas, que ubicáramos a los que tenían las bengalas y que evitáramos enfrentarlos", añade.
"Hubo algunos seguidores de Chivas que se nos acercaban al pasillo donde estábamos resguardando la zona y nos gritaban que ahí estaban, que los detuviéramos. Algunos hasta juntaban las muñecas de sus manos indicando que los esposáramos. La orden era que no cayéramos en la provocación, que los aisláramos para que no se metieran con los seguidores atlistas o con otros aficionados", relata.
"Cuando por radio nos comentaron de la agresión a los compañeros sólo alcancé a ver cómo pateaban cobardemente a uno de nuestros compañeros tirado entre las gradas y que corrían, pero ya nada podíamos hacer porque huían al lado contrario de donde estábamos aislando a los otros. La orden era evitar que salieran de esa área de las tribunas hasta que se terminara el partido y mantenerlos un tiempo más", dice.
El policía de cabello corto suda copiosamente cuando presenta su testimonio. Muestra su inquietud por lo que pasó con sus compañeros golpeados: "De haber conocido la agresión en su momento por supuesto que hubiéramos ido a defenderlos a pesar de que la orden era quedarnos a resguardar a los otros porristas".
"Ya hasta después de que terminó el partido fuimos a ver a nuestros compañeros que eran atendidos por los paramédicos y otros eran sacados para llevarlos a la ambulancia", comenta.
"Sí traemos mucho coraje, porque tuvimos que aguantarnos todo tipo de ofensas, de denigrarnos, de que nos escupieran, de que se burlaran de nosotros, de que nos mentaran la madre... claramente iban por nosotros, porque nunca buscaron pleito con los atlistas, siempre nos provocaron", asegura.
