LA POLÍTICA EN LA OFICINA
Te guste o no, estés de acuerdo o no, la oficina es una arena política, y si quieres mantener un récord impecable y salir adelante, existen reglas básicas que hay que seguir.
La regla número uno es que el mundo de los negocios no se va a ajustar a ti. Tú podrás tener grandes ideas creativas o saber cómo reducir gastos, pero no esperes que acepten todo lo que sugieres tan pronto lo des a conocer. Para que tus sugerencias sean aprobadas es necesario que te valgas de los canales apropiados y ganes la confianza de tus superiores. Recuerda que el 90 por ciento del éxito de cualquier persona depende de la habilidad para trabajar bien con otros.
Estas ideas pueden orientarte en tus buenos propósitos:
NO TRATES DE CAMBIAR A TU JEFE. Si hay un cambio que hacer, ese cambio te toca hacerlo en tu persona. Te corresponde adaptarte a sus hábitos y a su personalidad. No todos los equipos secretaria-jefe se hacen en el cielo, pero con tu actitud positiva puedes lograr sacar el mejor provecho a una situación menos que perfecta.
SÉ LEAL. Además de aceptar las peculiaridades de tu jefe y de que te esmeres en ayudarlo, es también tu deber defender su imagen en la oficina.
NO DISCRIMINES A TUS SUBORDINADOS. ¿Te has ganado una reputación de ser una asistente estrella? Si es así, que tu éxito no se te suba a la cabeza. Es natural que las jóvenes acudan a ti en busca de ayuda y que te admiren, pero siempre trata de darles un buen ejemplo, sin ser autoritaria o maternal. Otro error es tratar a tus subordinados como tus iguales. Por el contrario, promueve en ellos la idea de que todos forman un equipo y así podrás ganar su cooperación y confianza. Esto no tan sólo eleva la moral de los empleados, sino que también gana amigos leales.
MANEJA LOS ALTIBAJOS CON DIPLOMACIA. Los superiores aprecian la crítica constructiva siempre y cuando no se haga en un tono prepotente. De la misma manera, si tienes sugerencias para mejorar los procesos de trabajo, exponlas, pero recuerda tu rango y piensa que una idea expresada como un edicto es muy probable que caiga en oídos sordos. Sin embargo, si las presentas como una sugerencia constructiva, probablemente obtengas buenos resultados.
Las políticas de oficina no requieren que a todo digas "Sí" o actúes salameramente. Todo lo contrario, debes actuar de acuerdo a lo que se espera de una persona de tu posición.
Es bueno tener presente estos dos axiomas:
NO TRAFIQUES CON RUMORES. Son un mal comienzo. Es mejor que los acalles o te dirijas a alguien que pueda hacerlo.
RESÉRVATE TUS JUICIOS. Siempre piensa lo que vas a decir, pero no siempre digas lo que piensas.
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