La tendencia de reincorporarse al mundo del trabajo continúa. Después de haberse retirado del campo laboral por varios años, las asistentes han encontrado de nuevo su lugar en las oficinas, ya sea por necesidad, por gusto o quizá por presión social.
La decisión de trabajar en una oficina, después de un largo periodo, no se toma de una manera repentina. Le ha tomado su tiempo dar este paso: "Tal vez sea oportuno ahora que los niños están más grandes" o "un dinero extra nos viene bien".
La asistente con experiencia tiene muchas ventajas a su favor, ya que puede aportar a la empresa mucho más que una joven con menos experiencia. Es evidente que los jefes la reciben con gusto por su manera de afrontar los problemas diarios y por considerarla más estable.
No obstante, puede encontrar las puertas cerradas por su edad, por haber estado tanto tiempo alejada de sus funciones o por otras razones. Quizá también le resulte tortuoso sujetarse a un horario de trabajo de nuevo, pero una vez que se ha tomado la decisión, hay que llevarla a cabo.
PLANEANDO EL REGRESO
Antes de tomar esta decisión, la lectura frecuente y cuidadosa de revistas de negocios es una manera de adquirir conocimientos acerca del mundo empresarial y de su profesión en especial. Asimismo, debe familiarizarse con lo más moderno en equipos y en la terminología de esta era espacial.
Para muchas asistentes el aceptar un trabajo temporal es un excelente primer paso para regresar. Tales trabajos proporcionan una oportunidad para despertar el interés en conocer nuevos procesos, para restablecer rutinas ya olvidadas y para pensar y actuar de nuevo como ejecutivas.
Varias situaciones pueden presentarse al inicio de su nuevo empleo: nuevas actividades, probablemente de primera instancia será instalada en una oficina provisional por algún tiempo. Su puesto puede ser de reciente creación o la empresa es nueva y está iniciando operaciones. Estos trabajos pueden presentar grandes retos; sin embargo, si son superados, esto reafirmará el verdadero profesionalismo de la asistente.
Parecería lógico que en el escritorio que va a ocupar una nueva asistente, durante los primeros días en su puesto, estuviera equipado con las herramientas esenciales como lápices, plumas, diccionarios, pues generalmente no es así.
Al hacer uso de su bolsa de artículos de escritorio, puede cambiar una escena que parecía caótica en otra que la hace aparecer como una verdadera profesional.
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