'Perdida'. La Casa de la Cultura de Gómez Palacio es difícil para encontrarla.
La Casa de la Cultura de Gómez Palacio, de tan difícil localización en la colonia "El Campestre" de Gómez Palacio, oculta en sus entrañas un Museo de Arte Moderno con un acervo cultural de elevado valor artístico y sentimental; una biblioteca que lleva el nombre del insigne maestro José Santos Valdés, un teatro que perpetúa la memoria de la bella actriz duranguense y estrella de Hollywood Dolores del Río, y otros servicios que no son difundidos con amplitud en la Comarca Lagunera.
No hay, insisto, señalamientos que confirmen su existencia a partir del bulevar Presidente Alemán y la calle Montecarlo, el principal punto de acceso a la colonia y a las calles y avenidas que conducen a la institución, ubicada en Lisboa y Londres. La Casa de la Cultura fue creada y dotada de un edificio amplio y cómodo para difundir la cultura en todos los sectores de la población, sin elitismos ni exclusiones, pero muy pocos la aprovechan.
El museo es el recinto oficial de la colección Gironella y complementan la exposición permanente obras de Perskie Lenard, Francisco Toledo, Manuel Rodríguez Lozano, Roger von Gunten, Luis Covarrubias, Marisol Worner Baz, Sofía Bassi, María Izquierdo, Javier Arévalo, José Chávez Morado, Manuel Felguérez, García Ocejo, González Camarena, Luis Nishizawa y el lagunero Javier Guerrero, como lo consigna el cronista de Gómez Palacio, Manuel Ramírez López, en uno de los cuadernos ilustrados y ampliamente documentados que edita mensualmente a nombre del ayuntamiento.
La biblioteca tiene poca demanda y el teatro se utiliza principalmente para ceremonias de graduación de nivel escolar, conferencias sobre la salud y reuniones de empresas privadas o de carácter político, eventos muy alejados del objetivo que debe satisfacer la institución en materia teatral.
El museo se encuentra en penumbras y el alumbrado sólo lo encienden los encargados cuando hay visitas guiadas o aparece algún personaje interesado en conocer la muestra permanente y las de carácter itinerante. Lo mismo sucede ante la presencia de los comunicadores que suelen acordarse de que ahí hay un museo con obras de enorme valía merecedora de que la conozcan todos los habitantes de la región Lagunera interesados en el arte.
El pintor Alberto Gironella y su esposa Silvia Rodríguez Valles, donaron la colección de obras del artista -18 en total- y de otros destacados creadores plásticos que fueron factor fundamental para que se autorizara la creación de la Casa de la Cultura.
Los gestores iniciales del proyecto cultural fueron los esposos Gironella, así como Ernestina Gamboa Almeida, cuyo nombre ha sido propuesto para que lo lleve la Casa de la Cultura de la cual fue directora desde que el recinto ocupaba un local por la calle Dr. Fleming, al pie del Cerro de la Pila; el Dr. Francisco Galindo Chávez, primer director; el gobernador Alejandro Páez Urquidi y el presidente municipal Jesús Ibarra Rayas. El primero consiguió el apoyo del Gobierno federal y autorizó una aportación mensual de su administración para financiar el anteproyecto y el segundo, a nombre del ayuntamiento que presidía, cedió los terrenos para la construcción del actual edificio y una donación de igual monto a la aprobada por el mandatario duranguense.
En entrevista, el licenciado Héctor Raúl Avendaño, quien fue director de la institución gomezpalatina, informó que Páez Urquidi aceptó que el programa nacional de apertura de las casas de la cultura en las principales ciudades de México, llegara a Durango y a Gómez Palacio. El presidente Echeverría -añadió- aprobó el proyecto a instancias del maestro Víctor Sandoval, quien creó en su natal Aguascalientes el modelo de casas de la cultura que se extendió a todo el país debido a que el primer mandatario quería congraciarse con la juventud después del movimiento estudiantil de 1968.
Después el maestro Sandoval llegó a director del Instituto Nacional de Bellas Artes y proliferaron las casas de la cultura en todos los rincones del país.
Cabe precisar que la Casa de la Cultura de Gómez Palacio se hizo por la admiración muy personal que el ingeniero Alejandro Páez Urquidi sentía por la señora Silvia Rodríguez Valles.
Posteriormente vendrían a impulsar fuertemente la obra el gobernador entrante Dr. Héctor Mayagoitia Domínguez y el nuevo alcalde de Gómez Palacio, Carlos Herrera Araluce, quienes pusieron todo su empeño al servicio de la causa hasta lograr su materialización al cien por ciento. Desde la dirección a su cargo, el licenciado Avendaño, secundó ese esfuerzo culminando las obras de construcción del teatro y promoviendo que la gente del pueblo accediera realmente a la Casa de la Cultura.
Mientras tanto los laguneros -y lo que es peor, los turistas que nos visitan- siguen despistados. No hay señales que les permitan conocer dónde se encuentra la Casa de la Cultura, el Museo de Arte Moderno, el Teatro Dolores del Río, la Biblioteca Pública Regional Profesor José Santos Valdés y su bien equipada sala de cómputo con entrada libre.