Peligro. Los jóvenes consideran que cualquier trabajo es peligroso, no temen malabarear en los cruceros de la ciudad.
"Se corre el rumor de que el gobierno nos quiere pedir cuota, ojalá que se den cuenta que hay gente que no nos metemos con nadie y que muchos trabajamos aquí por necesidad y no porque seamos vándalos", dijo Jesús, un joven de 17 años que trabaja junto a Andrés, su hermano de 19 practicando malabares, kendo y cadenas de fuego en los cruceros de la ciudad de Gómez Palacio.
Ninguno estudia, debido a que sus padres no pueden solventar sus gastos de preparatoria y universidad, respectivamente. Diariamente y por un lapso de dos horas, obtienen 200 pesos, dinero que llevan a su casa, ubicada en Las Cruces en Ciudad Lerdo.
Jesús dice que no le gusta trabajar ahí, pues se exponen a que les pueda pasar algún accidente, incluso un automóvil estuvo a punto de cortarle la pierna a su hermano, sin embargo, no ha encontrado otro trabajo por no tener la mayoría de edad, así que invierte su tiempo en las calles, para poder juntar dinero y poder estudiar, quiere ser mecánico automotriz.
Para Andrés, quien malabarea desde los 12 años, trabajar en los cruceros es algo divertido y considera que su propósito en la vida es ser feliz.
Finalizó diciendo que prefiere un trabajo informal, que le dé tiempo de salir y de este modo ayudar en gastos de su casa.
Trabajo en las calles
El dinero que ganan lo llevan a su casa, dicen los hermanos
⇒ 200 pesos diarios de ganancia.
⇒ Invierten solo dos horas al día.