El ministro del Deporte dijo que espera que las inversiones para la Copa cambien el futuro del deporte más amado entre sus compatriotas. (ARCHIVO)
El ministro de Deporte de Brasil, Aldo Rebelo, le restó importancia el martes a que la agencia de calificación de riesgo Moody's haya informado que el Mundial 2014 será económicamente insignificante para su país y señaló que el torneo ayudará a la economía nacional por muchos años.
El ministro entrevistado por AP, reiteró que el gran legado de la Copa, al contrario de lo que apuntó Moody's, serán varios proyectos de estadios y de infraestructura que no sólo generaron empleos y negocios a corto plazo, pero que también ayudarán a la economía de Brasil los próximos años durante un buen tiempo, principalmente en el sector turístico.
Rebelo subrayó que esa información la había recibido de empresarios que, antes de que empezaran los preparativos de la Copa y de la Olimpíada, encargaron análisis a empresas consultoras.
Mencionó el estudio "Los impactos socioeconómicos de los grandes eventos", preparado por Ernst&Young en asociación a la brasileña Fundación Getúlio Vargas, que según él tiene un pronóstico económico bastante optimista para Brasil tras la realización del Mundial y de los Juegos Olímpicos en Río.
"Brasil es un gran protagonista dentro de las canchas, con sus victorias en cinco Copas, pero Inglaterra tiene el 30% del PIB mundial del fútbol, Alemania poco más del 20, España e Italia están entre un 15 y un 20%, y Brasil se sitúa muy por debajo de esos porcentuales", declaró Rebelo en la entrevista.
El titular de la cartera que ha ganado relevancia en el gobierno de la presidenta Dilma Rousseff por la organización del Mundial de fútbol este año y de las Olimpíadas en 2016 aludió a los montos multimillonarios que torneos futbolísticos administran en algunos países y que no se repiten en Brasil.
Rebelo, abanderado del Partido Comunista de Brasil, tiene en su despacho pequeños bustos de Karl Marx, Mao Ze Dong, Ho Chi Minh, que figuran entre objetos en su colección. Lamentó que su país tenga grandes futbolistas pero aún no baraje las fortunas que el fútbol cuenta en otros lugares.
El ministro es hincha del Palmeiras, tradicional equipo brasileño, cuya bandera tiene justo al lado de su mesa y cerca de un cuadro con la imagen del prócer Simón Bolívar y otro con las de Don Quijote y de Sancho Panza.
Rebelo dijo que espera que las inversiones para la Copa cambien el futuro del deporte más amado entre sus compatriotas.
"Creo que la Copa (2014) ayuda a proyectar nuestras marcas, contribuye para que modernicemos nuestra infraestructura, probablemente ampliará la renta del fútbol dentro de la renta nacional y ayudará a hacer crecer también la participación del fútbol en la renta mundial de ese deporte", señaló a AP.
Comentó que en Brasilia, donde los equipos locales no atraen mucho público, el año pasado, tras la reconstrucción del estadio Mané Garrincha, la realización de una serie de eventos locales generó negocios como nunca antes.
"La Copa nos ayudó a reproyectar nuestros estadios para que puedan recibir, además de partidos, eventos como conciertos, exposiciones, conciertos, congresos, entre otras cosas", dijo.
Rebelo rechazó las acusaciones respecto a que la administración de Rousseff le haya dado mucha atención a la realización del Mundial y no a otras necesidades inmediatas del país, como por ejemplo en las áreas de Educación, Salud y Seguridad.
Subrayó que el gobierno no destinó aportes financieros a siquiera un único estadio, pero que apenas le prestó recursos a estados, que deberán pagar esos dineros bajo las condiciones que se practican en el mercado.
Por otro lado, dijo que el Ejecutivo federal brasileño se encargó de una serie de obras viales y de infraestructura energética y de telecomunicaciones que servirán a muchas personas durante la Copa, "pero que serían hechas con o sin Mundial, pues ya estaban previstas", según sostuvo.
