Apoyo. Militares prorrusos tuvieron que emprender la retirada tras los patrullajes.
Patrullajes locales realizados por trabajadores siderúrgicos obligaron ayer viernes a los insurgentes prorrusos a retirarse de los edificios gubernamentales que ocupaban en Mariupol, Este de Ucrania, dando esperanzas a los habitantes de que la ola de anarquía terminó.
Mariupol es la segunda ciudad más grande en la región de Donetsk, una de las dos regiones que el lunes se declaró independiente del gobierno central en Kiev. Los patrullajes ciudadanos comenzaron a principios de esta semana cuando Rinat Akhmetov, el hombre más rico de Ucrania y al que se atribuye gran influencia en la región, exhortó a los trabajadores siderúrgicos de una planta de la que es dueño a que ayuden a la policía a restaurar el orden en la ciudad.
Por su parte, la ONU manifestó ayer viernes en un reporte su preocupación por el creciente abuso a los derechos humanos en el Este de Ucrania mientras grupos armados se aprovecharon del caos y la anarquía.
Metinvest, la empresa de Akhmetov, concertó el jueves un acuerdo con directores de la planta acerera, la policía local y dirigentes comunitarios para incrementar la seguridad en la ciudad y desalojar los inmuebles ocupados por los separatistas.
Un representante de la autoproclamada República Popular de Donetsk, la cual declaró el lunes su independencia, también participó en el acuerdo.
Metinvest tiene dos plantas en Mariupol, donde vive alrededor de medio millón de personas. El puerto y ciudad industrial se ubica en el principal camino que une a Rusia con Crimea, la península anexada por Moscú en marzo. En las últimas semanas, en la ciudad hubo fuertes enfrentamientos, incluso una balacera afuera de una estación de policía que dejó un policía muerto y varios insurgentes heridos. Sin la cuidad, Ucrania podría perder un trozo de su línea costera al Mar de Azov, que llega al Mar Negro.
Un equipo de periodistas no avistó ayer viernes por la mañana presencia insurgente en Mariupol.
German Mandrakov, que fue el comandante del grupo que ocupaba el edificio de gobierno en Mariupol, dijo ayer viernes que sus colegas huyeron y que él se vio "obligado" a abandonar el inmueble que la insurgencia había controlado durante semanas."Todos huyeron", dijo, al tiempo que utilizó una palabra vulgar rusa para referirse a sus compañeros como cobardes. "Alguien intenta sembrar la discordia entre nosotros", apuntó.