"Las situaciones embarazosas… ¿Las trae la cigüeña?". Mafalda.
CIGÜEÑAS
La cigüeña blanca, de gran tamaño y plumaje blanco con negro en las alas, mide 1.5 mts. del pico a la cola y sus alas pueden llegar a ser hasta de 2.15 mts., por lo que es un animal impresionante en vuelo. Es migratoria de grandes distancias, inverna en África, India y Arabia. Al migrar entre Europa y África, evita cruzar el Mar Mediterráneo y se desvía a través de varios países europeos. Como dato curioso, es un reproductor monógamo que se empareja para toda la vida; los dos miembros de la pareja construyen un nido de gran tamaño que puede ser utilizado por varios años; cada año, la hembra pone cuatro huevos y los dos hacen turnos para incubarlos y alimentarlos.
Si no son molestadas, las cigüeñas no temen al ser humano y hacen sus nidos en edificios, chimeneas, campanarios, además de plataformas construidas exprofeso porque se cree que traen armonía y buena suerte; asimismo, ha dado origen a leyendas e historias a lo largo de donde reside y migra. Según el folclore europeo, la cigüeña es el ave responsable de entregar los bebés a sus nuevos padres, leyenda muy antigua, que fue popularizada durante el S. XIX por un cuento de Hans Christian Andersen, titulado "Las cigüeñas", y desde Europa se propagó por todo el mundo, incluso Freud y Jung discutieron la fábula y su relación con el mundo interno del niño; la naturaleza duradera de la fábula de la cigüeña como portadora de los recién nacidos está ligada a una necesidad psicológica de los adultos, ya que alivia la incomodidad de hablar sobre el sexo y la procreación con los hijos.
En la actualidad, la gran mayoría de los infantes saben sobre el nacimiento de los hijos en el vientre materno, (algunos inclusive conocen el papel del padre en la procreación), y la leyenda de la cigüeña ha ido perdiendo fuerza, pero el vínculo tradicional con el recién nacido continúa con su uso en la publicidad para los pañales, babyshowers y las tarjetas de nacimiento.
Sabemos que no hay mejor alternativa que el conocimiento, pero, quienes creímos en nuestra niñez en fantasías gozamos de muchas cosas, por ejemplo, la película de Dumbo, cuando la cigüeña lo traía en el pañal colgado del pico y buscaba a la mamá elefante y nos preocupaba que no la encontrara porque la tenían enjaulada, o el cuento de la cigüeña que no sabía leer y confundía los nombres y entregaba a los hijos a otros padres, o las fábulas de Esopo, etc., lo que originó en mi persona, ya de adulta, una gran alegría al ver en Copenhague, Dinamarca, una cigüeña anidando en una chimenea y después verla desplegar sus alas y volar mostrando su gran tamaño. En ese momento, volví a creer que sí tenía la fuerza suficiente para cargar bebés en su pico.
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