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LA ELECCIÓN DE LA PAREJA

Coty Guerra

"Yo no sé nada, sólo sé que me gusta". Anónimo.

En la mayoría de los padres existe una especie de mandato tácito: -"elige bien con quién te casas"-, algo que por lo regular obtiene el inmediato rechazo de los hijos. La concebida frase: -"no me gusta la familia de tu novio(a)", genera de inmediato la contraparte: -"no me voy a casar con su familia"; y todos estamos de acuerdo que sí se casan con la familia, y no sólo la inmediata, sino con los abuelos, bisabuelos, tatarabuelos, choznos, etc. del novio(a). Se piensa que sólo se refiere en cuanto a educación, creencias de fe, hábitos higiénicos, cultura, etc., pero la ciencia moderna nos dice que, principalmente, esto sucede en cuanto a la genética.

Se han hecho descubrimientos increíbles basados en el ADN de las personas que demuestran que gracias a las elecciones de parejas de nuestros ancestros es que evolucionamos los actuales habitantes del planeta Tierra. La pregunta que se hicieron fue que sabemos que ocurre una selección natural para la supervivencia de la especie, pero, entonces, por qué existen diferencias físicas tan marcadas entre el sexo masculino y el femenino (y no se refieren a la sexualidad). La respuesta es que esas diferencias en lo físico fueron necesarias para que los que nos precedieron pudieran buscar las parejas adecuadas para la conservación de los humanos a través del tiempo, y esa búsqueda no fue privativa del hombre, sino también de la mujer.

Y esto ocurrió no solamente entre los humanos, sino en todos los animales de la Tierra. Por eso se explica la belleza del pavo real, de los bellos plumajes de los múltiples tipos de pájaros, la bravura y galanura del león, el leopardo, el tigre; la displicencia de la jirafa; la inteligencia del lince, lo taimado de los chimpancés (por algo son nuestros ancestros más cercanos en la evolución: teníamos que heredarlo), etc. De ahí que no sólo los más fuertes, sino también los más astutos lo lograron.

Por eso es frustrante darse cuenta que los hijos escogen lo "peorcito" de lo "peorcito" (no sólo en lo físico, sino en cuanto a comportamiento y expectativas a futuro) para continuar la descendencia familiar. De ahí que la petición: -"elige bien con quién te casas"- no es tan descabellada*.

*Descabellada: Dícese de lo que va fuera de orden, concierto o razón.

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