MISIÓN CUMPLIDA
Sabía que la mamá de mi vecina Irma había estado delicada de salud y que había sido hospitalizada en varias ocasiones, debido principalmente a su edad avanzada. Llamaba mi atención los cuidados que le daban su familia, quienes estaban constantemente al pendiente de ella, acompañándola y asistiéndola a todas horas, por ser muy común que a las personas mayores se les mantenga relegadas y hasta olvidadas. Irmita se portó como una verdadera hija hasta el último suspiro.
En días pasados la señora falleció a la edad de 92 años. Al enterarme de la noticia acudí a la funeraria a una misa de "cuerpo presente". La ceremonia estuvo bellísima, porque la señora estuvo acompañada de sus 11 hijos (pienso que han sido pocas las madres de esa edad a quienes Dios les haya permitido no sufrir la pérdida de un solo hijo y que al morir todos estuvieran presentes en su sepelio). El sacerdote oficiante les pidió a los hijos que permanecieran alrededor del ataúd y la escena fue impresionante, muy hermosa.
Al terminar la ceremonia el sacerdote dispuso que se abriera el ataúd para que los hijos, y las personas asistentes que así lo desearan, la despidieran. Me acerqué a la caja, prácticamente para conocerla, porque en vida nunca tuve la oportunidad de hacerlo, y me conmovió contemplar a una persona pequeñita, de apariencia frágil, a quien le pusieron su vestido de boda para sepultarla; y créanmelo, se veía bellísima, con su cara muy serena, como diciendo: "Dios Mío, aquí me tienes, Misión Cumplida".
Para aquellas gentes con ideas modernas, que piensan que el concepto "familia" es obsoleto, este es un verdadero ejemplo de que todavía existen personas que permiten que la Familia, como tal, tenga un peso importante en la sociedad.
