Su riqueza la vemos reflejada en hermosas fachadas recubiertas de Talavera.
A Puebla la diseñaron los ángeles y la alimentaron sus leyendas y personajes. Rodeada por tres volcanes, entre la mítica Tenochtitlán y Veracruz, la pintoresca ciudad novohispana de Puebla floreció durante siglos. Un auténtico museo de la esencia misma de México, este increíble destino es rico en cultura, historia y gastronomía mundialmente reconocida.
Su riqueza la vemos reflejada en hermosas fachadas recubiertas de Talavera, infinitos conventos e iglesias, en su magnífica Biblioteca Palafoxiana. Una ciudad encantadora, Puebla se localiza en el centro-oriente del territorio mexicano. Dado que es la capital del quinto estado más poblado del país, es un centro de comercio e intercambio cultural. Un espacio que reúne a gente de distintas nacionalidades y tradiciones en un sitio de alta importancia histórica para el país.
Hoy, Puebla continúa siendo un centro cultural, al igual que un destino llamativo a nivel mundial y un reconocido sitio gourmet.
Cada noviembre, la brújula apunta hacia allá, cuando participamos en un festival de mentes brillantes, una celebración de la creatividad y la curiosidad del ser humano, con la participación de científicos, humanistas y líderes de opinión.
El evento La Ciudad de las Ideas fue ideado por Ricardo Salinas Pliego y Andrés Roemer, quienes buscan crear un cambio en los ideastas que ahí participan, gestando mentes críticas y empoderadas.
Paseando por las calles coloniales de Puebla, nos encontramos con hermosas edificaciones, y en el Centro Histórico, con un original hotel.
Desde el exterior, el hotel boutique Mesón Sacristía de la Compañía luce como un sencillo edificio colonial con sus típicas terrazas, pero al entrar al patio central, nos transportamos al México del Siglo XIX.
A primera vista no tiene pinta de hotel, más bien parece un hermoso edificio colonial del Callejón de los Sapos. Su renuencia a marcar la nota discordante entre la preciosa arquitectura local es una de sus muchas cualidades.
La decoración de interiores combina mobiliario rústico y objetos antiguos magníficamente conservados. Azulejos de talavera poblana con detalles en hoja de oro enmarcan las puertas.
Cada habitación está decorada de manera distinta y con antigüedades; si alguno de los huéspedes encuentra algún objeto especialmente atractivo, puede adquirirlo y, si lo desea, ¡hasta la recámara completa! Esto se debe a que por generaciones, la familia Espinosa se ha dedicado al comercio de antigüedades.
En cuanto a la gastronomía, se hace honor a los platillos de su reconocida cocina.
