Comenzó la Copa del Mundo en Brasil y los pronósticos mezclan deseos y realidades. He escuchado preguntas que se repiten, ¿pasará México a la segunda fase? ¿Quién ganará el Mundial? Sin ser un especialista del futbol, me llama la atención de qué forma se ha convertido en un fenómeno que genera pasiones, nacionalismos y mucha atención mediática. Con el futbol se hace negocio y política, espectáculo y cultura, manipulación mediática.
El boleto que sacó México para llegar a Brasil fue como un viacrucis y al final fue posible por una combinación de otros partidos y resultados, con lo cual se llegó sin méritos propios. Las maniobras para que la Selección Mexicana fuera al Mundial mostraron los grandes intereses, sobre todo de Televisa, que se mueven alrededor de este deporte. Un amigo economista me comentó que la Selección Nacional en Brasil representaba un porcentaje importante del PIB, porque el negocio se cae de forma importante cuando México no asiste al Mundial. En 1990, México no fue al Mundial porque se le descubrió la trampa de los cachirules. El negocio ha ido en aumento, los mundiales han crecido en el número de participantes, si en México-1970 fueron 16 equipos, ahora en Brasil serán el doble: 32. La Copa es uno de los espectáculos más vistos en la televisión, junto con los Juegos Olímpicos y el Superbowl.
En estos días ha crecido el interés por la Copa de Brasil 2014, y a la hora de esos partidos lo más probable es que una mayoría estará atento a los juegos. Durante mucho tiempo cada vez que México no obtenía un buen resultado en competencias internacionales, lo cual es frecuente, llegaba una gran frustración popular. Es paradójico, tanta afición al futbol no se ha convertido en un estímulo para mejorar la calidad del juego en el país. Hoy la percepción sobre la Selección Nacional no es positiva, incluso he escuchado a futboleros de corazón que prefieren que a México no le vaya bien, porque no lo merece. México se ha vuelto realista sobre las posibilidades de su Selección Nacional. Hay una gran especulación sobre los marcadores que se podrían obtener en la ronda de los grupos, pero nadie se hace ilusiones sobre un buen resultado, a pesar de que se espera que México pase en segundo lugar de su grupo. Algo pasa en el sistema de organización del futbol que se tienen altos contrastes: ganar la medalla de oro como sucedió en la última Olimpiada, o ganar el Mundial Sub-17 en dos ocasiones y luego casi no llegar a Brasil. Incluso, ahora que México participa en el mercado internacional del futbol y varios jugadores tienen un buen desempeño en equipos de Europa, eso no se traduce en que el país tenga mejor futbol.
Tal vez la baja expectativa sobre la Selección Nacional no propiciará muchas posibilidades para exaltar el patriotismo que suele darse en estas competencias. Hasta el momento, el Mundial ha sido motivo para que algunos legisladores y una parte de la opinión pública hagan la crítica de que se quiere juntar la aprobación de las leyes secundarias en materia energética o de telecomunicaciones con el clima futbolero, como un distractor social. ¿Habrá una postergación de esas reformas, hasta que se apruebe la reforma político-electoral en los estados, en donde los gobernadores no quieren perder a sus consejeros electorales?
Quizá lo más sorprendente de este Mundial es la opinión negativa que los brasileños tienen de esta Copa del Mundo. En Brasil hay un enorme descontento con el rumbo del país, 72%, y con el Mundial un 61% opina que el campeonato será malo para el país porque se gasta en cosas que no son necesarias, como estadios y no en escuelas y hospitales (Pew Research Center). El clima social brasileño es de una gran efervescencia y movilización. Es la primera vez que la selección verdeamarella juega un Mundial con tanto malestar social en su país. Sin duda, este clima social será un actor de la competencia.
En México el momento futbolero producirá un bombardeo mediático del que será difícil escapar. Dentro de dos días la jerarquía informativa estará concentrada en Brasil y el resto de la información pasará a segundo plano. Serán días de puro futbol…
@AzizNassi