Cuando se rompe la conexión entre aficionados y equipo se puede llegar incluso hasta las lágrimas; este aficionado no pudo evitar el llanto después de que los Guerreros dejaron ir una ventaja de dos goles ante Morelia en la jornada 12 del torneo Apertura 2014. (Fotografía de Jesús Galindo López)
Hace unas semanas a través del texto "¿Qué tiene de malo ir a 'villamelonear'?" (4-octubre-2014) le comentaba, estimado lector, que no compartía la actitud del "villamelón", pero que sí la comprendía y en los siguientes párrafos a manera de continuación de aquella publicación quisiera exponer el porqué a mi manera de ver entiendo dicha postura.
Para empezar creo que el "villamelonismo" actual en el futbol es consecuencia de actitudes y obligaciones (o falta de ellas) por parte de los equipos, o séase que el "villamelón" no se hace él solito sino que son los mismos clubes los que fomentan la carencia de identificación con los aficionados y por tanto las bajas entradas y la falta de interés; a continuación le desgloso algunos puntos que considero importantes en esta hipótesis:
En una visita que el presidente de los Guerreros realizó a esta casa editora habló sobre la campaña que la directiva albiverde inició recientemente en la que a través de "datos duros" se mostraba como el TSM tenía los "mismos precios accesibles" que en el Viejo Corona y que las percepciones de un gran sector de la afición que ven al Corona como un estadio caro están alejadas de la realidad o equivocadas. En una población de poco más de un millón de habitantes en la Comarca Lagunera, haría falta convencer al tres por ciento para completar los treinta mil que se necesitan para llenar el inmueble cada quince días. Algunas veces no se logra ni el 2%, aún así para el mandamás santista, en una Laguna golpeada por la inseguridad, la delincuencia y el desempleo, el 98% de los laguneros somos los equivocados.
También el presidente santista recalcó que el horario de los viernes a las nueve y media de la noche era el que mejor ratings les ha dado, algo obvio teniendo en cuenta que ese día y a esa hora la gente prefiere ver el futbol en la comodidad de su hogar, aun así le sorprenden las bajas entradas en la casa albiverde. Y para confirmar su indiferencia ante el contexto social lagunero afirma que los grandes eventos con mayor rating son en la noche, como los juegos de la NFL, incluso el lunes por la noche, que es el partido más taquillero.
México y la Liga MX enfrentan una realidad muy diferente a la de Estados Unidos y la NFL. En el futbol americano gringo se juegan 16 partidos (en 17 semanas) de fase regular más otros cuatro de playoffs por año y cada equipo juega uno o como mucho dos partidos en lunes por la noche. En México en cambio por torneo se juegan 17 partidos de liga más otros seis de liguilla para un total de 46 partidos por año, más los partidos de Copa MX, "Concachampions" o Libertadores. A eso le sumas que hay juegos especiales llamados Partidos AAA que son más costosos, ante tales circunstancias también debería haber Partidos ZZZ algunos realmente no aportan más que tedio para el espectador y hasta deberían pagar por asistir.
En esta misma reunión, Irarragorri mencionó que para que Santos Laguna se mantenga en operaciones necesita generar ingresos por 600 millones de pesos al año y que esos ingresos no se pueden generar totalmente en La Laguna y necesitan venir de fuera. Supongo que por esos 600 millones de pesos en ingresos se devengarían otros tantos en impuestos que mucho bien le harían al municipio de Torreón, y también podríamos verlo como una forma en la que el equipo le regresa a la comunidad sólo un poco de lo mucho que ésta le ha entregado, pero en cambio la administración no sólo no recibe ni un peso, el club cuenta con un 100% de exención tributaria, sino que además el Municipio le entrega 20 millones de pesos al año por acciones de prevención al delito. En un club con responsabilidad social y con un programa como el de "Guerreros de Corazón" que en uno de sus objetivos marca: "Incentivar una Actitud Solidaria y Altruista", dichas acciones distan mucho de ser congruentes con su filosofía. Tales iniciativas deberían de ser algo intrínseco de este club, pero lo anterior invita a muchos a pensar que a este equipo sólo le preocupan los ingresos y si la Comarca Lagunera le importa poco, su afición menos.
Muchas veces ese tipo de actitudes permean desde la cima de las instituciones deportivas a todos sus integrantes, por eso después no nos sorprende que Pedro Caixinha arremeta: "la afición no manda en esta casa", porque tiene toda la razón. Pareciera que el dinero es el patrón.
Y tampoco sorprende que los jugadores anden sólo deambulando por la cancha y que su máximo referente de los últimos años se haya ido con el acérrimo rival por un mejor contrato. Crecí escuchando historias como la de Jackie Robinson, Roberto Clemente o Mariano Rivera y creo que los deportistas deberían de ser parte importante del desarrollo de una comunidad no estrellas inalcanzables en el firmamento. Pero en fechas recientes nunca me ha tocado que los jugadores locales pidan una disculpa a la afición por una dolorosa derrota o que, sin que sea un acto comercial, firmen autógrafos o convivan con aficionados. Y en parte lo entiendo porque el futbol es un negocio, pero no debe ser cualquier tipo de negocio. Porque los futbolistas tienen actualmente una enorme responsabilidad social. Dónde quedaron los "Lupe" Rubio, Pedro Muñoz, César Armendáriz, Joaquín Reyes, "Choque" Galindo y otros tantos jugadores que dieron identidad a este equipo y la afición se pregunta ¿por qué escasean los laguneros en el primer equipo de Santos? ¿Dónde están los jugadores que conocen el calor de esta tierra, los Guerreros para que nos representen en la cancha?
Cuando una persona es aficionada de un equipo de futbol, más allá de los resultados, lo que busca es una conexión con los valores que dicho equipo representa, por eso relacionamos a los fanáticos del América como los "millonetas", los fantoches, presuntuosos; a los de Pumas con la juventud y la rebeldía; Chivas como el equipo del pueblo; y a Santos Laguna como el equipo de la gente que venció al desierto, que se sobrepone a la adversidad, que con muy poco hace mucho, con valores como la solidaridad y la unión. Hace mucho un himno de este club describía ese sentimiento diciendo: "Tres ciudades, dos estados en un solo corazón". Ahora los aficionados se preguntan en dónde está ese corazón, a dónde se fue ese espíritu.
Por estas actitudes la comunión entre los valores y el aficionado se va perdiendo, es tal el desasosiego y la frustración que el seguidor llega a sentir que ese equipo ya no es el suyo. Y es ahí donde está lo bueno de ir a "villamelonear" al TSM, porque se vuelve un mecanismo de defensa para el aficionado contra todo lo descrito anteriormente. El que puede ir va, pero con desinterés porque de lo contrario puede acabar como el aficionado de la imagen que ilustra esta columna, bañado en lágrimas. Y al que le cuesta un poco más decide mejor ahorrarse el sacrificio y las lágrimas y todo lo demás.
Claro que todo esto es reversible y jugadores y directiva tienen en sus manos recuperar el corazón y la voluntad de la gente, no sólo dentro de la cancha también fuera de ella.
Nuevamente, querido lector, lo invito a la reflexión y si tiene una visión propia compártala a mi correo cpacheco@elsiglodetorreon.com.mx