Deseo. La empresa china, una de las mejores del mundo, busca que le reparen el daño.
La Corporación de Construcción de Ferrocarriles de China, que junto a otras compañías mexicanas había sido elegida para construir el tren de Alta Velocidad México-Querétaro, reportó estar "extremadamente sorprendida" por la revocación del contrato anunciada por la Secretaría de Comunicaciones y Transportes.
De acuerdo con la agencia oficial china Xinhua, analiza ahora recurrir a medidas legales para proteger sus intereses. "La CRCC anunció que ha formado un equipo legal tras recibir la notificación de la decisión y se comprometió a recurrir a los medios legales para proteger sus intereses legítimos si es necesario", dice un despacho emitido hoy por Xinhua.
"La compañía destacó que ha seguido estrictamente los procedimientos y requisitos de la licitación pública y el contenido de la misma cumplió con los requisitos del Gobierno mexicano", agrega la información.
El anuncio de las acciones legales por parte de CRCC se da justo durante el inicio del viaje del presidente Enrique Peña Nieto a China y horas después que los medios tanto nacionales como internacionales cuestionaran que una mansión del mandatario, valuada en 86 millones de pesos, hubiera sido obra de una compañía propiedad del mismo empresario que, junto a la CRCC, ganó la licitación para la construcción del tren de alta velocidad (Constructora Teya).
La Secretaría de Comunicaciones y Transportes anunció la noche del pasado 6 de noviembre la cancelación del contrato que originalmente había sido asignado al consorcio formado por CRCC y Constructora Teya (además de las empresas Prodemex, Grupo GIA, China South Rolling Stock Corporation y GHP Infraestructura Mexicana).
La cancelación, informó la SCT en un comunicado de prensa, obedeció a "las dudas e inquietudes que han surgido en la opinión pública", por lo que "el Presidente instruyó a la SCT a reponer la convocatoria para la construcción del Tren de Alta Velocidad México-Querétaro".
Las dudas habían sido generadas luego de que el equipo de investigación de Aristegui Noticias publicara que la oferta del consorcio ganador -de tres mil 800 millones de dólares- era 21 por ciento más cara de lo presupuestado, y que las empresas mexicanas participantes eran cercanas al presidente Peña Nieto y al expresidente Carlos Salinas de Gortari. Grupo GIA es propiedad de Hipólito Gerard, quien es hermano de Ana Paula Gerard, esposa del expresidente Salinas de Gortari.
La Constructora Teya está vinculada a la empresa Eolo, que arrendó los aviones de la campaña presidencial de Peña Nieto. Prodemex, que es propiedad de Olegario Vázquez Aldir, hijo de Olegario Vázquez Raña, de Grupo Imagen. CRCC dice en su página de internet haber entrado en contacto con la SCT en cuanto se enteró de la revocación del contrato: "El 6 de noviembre (hora de México) a las 23:00 (el 7 de noviembre a las 13:00, hora de Beijing), la Secretaría de Comunicaciones y Transportes de México anunció la revocación de la licitación y decidió reiniciar los procedimientos de licitación. La empresa inmediatamente hizo contacto con la Secretaría de Comunicaciones y Transportes de México y, debido a la diferencias de tiempo, recibió la confirmación de la revocación de la licitación temprano en la mañana del 8 de noviembre", indica.