Los rebeldes sirios comenzaron hoy a retirarse del casco antiguo de Homs, en el centro de Siria, donde llevaban más de dos años asediados por las tropas gubernamentales, en virtud de un acuerdo logrado hace dos días con el régimen sirio.
La evacuación de entre mil 500 y dos mil combatientes de la oposición, civiles y heridos forma parte de un acuerdo concluido entre los insurgentes y el régimen de Bashar al-Assad, tras dos meses de negociaciones.
Varios autobuses entraron en el distrito de Ciudad Vieja de Homs para evacuar a los rebeldes hacia diferentes zonas que controlan en el norte de la provincia de Homs, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), citado por la cadena árabe Al Arabiya.
Tras la salida de todos los opositores, el ejército sirio entrará en el corazón de la ciudad de Homs para “restablecer la seguridad y limpiarla de artefactos explosivos”.
El acuerdo entre los rebeldes y el régimen sirio contempla también la liberación de prisioneros en manos de los rebeldes en la ciudad de Alepo, en el norte del país.
A cambio de la evacuación de los rebeldes de Homs, los rebeldes también permitirán la salida de civiles de Noubl y Al Zahra, en la norteña ciudad de Alepo, así como la entrada de ayuda humanitaria a esas dos localidades chiítas.
La evacuación, que se está llevando a cabo bajo supervisión de las Naciones Unidas, representará el fin de la presencia rebelde en el corazón de una ciudad considerada la “capital de la revolución” contra al-Assad, entregándole una importante victoria simbólica.
El casco viejo de Homs llevaba asediado por el ejército casi dos años, tiempo en el que al menos dos mil 200 personas murieron y la situación humanitaria se deterioró debido a los bombardeos y los combates que dejaron el centro histórico en ruinas.
En febrero pasado, ambos bandos pactaron una tregua humanitaria, con la mediación de las Naciones Unidas, con el fin de permitir la evacuación de unos mil 400 civiles -mujeres, niños y ancianos- del área.
La retirada de los rebeldes de Homs se produce en un momento en que Siria se prepara para celebrar elecciones presidenciales el próximo 3 de junio, en las que al-Assad aspira a acceder a un tercer mandato de siete años.