Cuando la gente se mete donde no la llaman y opina de lo que no conoce…
Las personas entrometidas le quitan luz al mundo, son seres cobardes que hablan a las espaldas de personas por lo que ellas ni siquiera se pueden defender y en muchos casos no se llegan a enterar porque y para que se han metido a hablar de ellos. De hecho, son riesgo y una maldición, tanto para su propia comunidad como para las personas de las cuales hablan y lastiman.
No hay palabras que puedan describir el daño y el dolor que estas personas causan. De hecho, una persona metiche o chismosa se puede comparar con una víbora venenosa que ataca a su víctima, la envenena sólo para dejarla morir sola. Lo peor, es que la serpiente solo impregna su veneno, sin ella obtener beneficio de su acción.
Es fácil reconocer a una persona chismosa y metiche, éstas son gente que les gusta hablar de todo lo que conocen, escuchan o inventan. Dan su opinión, juzgan, critican y sobretodo se concentran en los defectos y en todos los aspectos obscuros de las acciones, convirtiendo charlas negativas, aun situaciones que no tenían nada de malo. Ellos las tornan los comentarios naturales en declaraciones comprometedoras y las sazonan con un toque de maldad y un poco de morbosidad.
Estas personas disfrutan al degradar a sus víctimas. Es casi como si al hablar mal de otros, ellos se pudiesen colocar en una mejor posición emocional, logrando sentirse mejor de sí mismos. Un consuelo temporal, irreal y perverso.
La verdad es que cuando una persona habla de personas que desconoce y ajenas a su entender, opina según sus creencias, juzga situaciones que no le incumben. No importa el motivo o la causa que los impulsa a meterse en asuntos de otros, el resultado siempre termina igual: mal, haciendo daño y causando molestias.
También es importante aclarar que no todos los chismosos no son realmente mal intencionados. Hay ocasiones en que son personas ingenuas e irresponsables que sólo platican por hablar, o por acompañar una taza de café como un relleno de tiempo vacío. Quizá no tienen nada mejor que decir, ni tienen algo más productivo en que pensar. Entonces, hay ocasiones, la charla se sale de su sentido original, y pareciera que una crítica jugosa y divertida no fuera una acción dañina o pudiera causar graves repercusiones. Para un metiche, es sólo un buen tema para comentar o para entretener.
Nada bueno sale de una plática con metiches y chismosos. Estas personas causan problemas, dolor y sobretodo intoxican el medio ambiente donde se rodean, dejando un sabor amargo y muy cargado. En realidad nunca se obtiene nada bueno cuando se destruye la reputación de otra persona.
La receta
Relaciones discretas y sinceras.
Ingredientes
1 paquete de percepción noble y positiva- poder de encontrar lo bueno.
1 taza de responsabilidad- recordar la importancia de las palabras y buena reputación.
2 cucharadas de prudencia- actuar con sensatez, humildad y asertividad.
2 cucharadas de límites - controlar el impulso de meterse o juzgar donde no le llaman.
1 manojo de integridad - sinceridad, honestidad y cuidado de valores personales.
1 pizca de conciencia - reconocer que todo tiene consecuencias.
Recomendación del chef:
¡Ten cuidado! Cuando hablas o juzgas a otros en realidad lo que estás haciendo es hablando mal de ti mismo.
Cómo dejar de meterte en la vida de los demás.
Es importante ver, tratar y actuar a los otros mejor de lo que harías contigo mismo. El trato que le damos a los demás, habla más la personalidad y los valores propios que de los otros. Si tratas con respeto y sinceridad a todos lo más probable es que tú también seas tratado igual.
Cada quien impone el parámetro y el límite que desea tener en su vida propia, para que en un momento dado también se nos critique o se metan en nuestras vidas de la misma forma que lo hicimos.
Aléjate de situaciones donde tu interés personal te pueda influenciar y confundir. La objetividad es un ingrediente esencial para las relaciones sanas. Siempre que hay un interés personal en alguna situación existe la posibilidad mayor de cometer malas acciones. Si no vas a ayudar no opines. Si hay algo de ego o de interés personal, piensa antes de dar tu opinión, puede ser que realmente no tengas una postura objetiva.
"Si escuchas que una persona habla o juzga mal a otros contigo, probablemente, también hablará mal de ti con los demás".