La actuación de México en el Mundial de Chile 1962 había dejado "buen sabor de boca'' en los aficionados, no obstante que perdió sus dos primeros partidos, ante Brasil por dos tantos a cero y frente a España por uno a cero con gol de último minuto de Joaquín Peiró.
Con las dos derrotas sufridas la Selección Nacional estaba eliminada, sólo le faltaba jugar contra Checoslovaquia, equipo que era considerado como la revelación de Europa y le había ganado a España por un gol a cero y empatado a cero con Brasil.
El siete de junio de 1962 iba a ser un día glorioso para el futbol mexicano, nuestra Selección Nacional y la de Checoslovaquia saltaron a la cancha del Estadio Sausalito de Viña del Mar, Chile, en donde los esperaba el árbitro suizo Gottfried Dienst.
Los inicios del encuentro presagiaban otra derrota para el equipo mexicano, pues a 15 segundos de haber iniciado la contienda México perdía por un gol a cero, ya que el delantero Masek se internó por el lado derecho, burló a Jesús del Muro y a Guillermo "El Tigre'' Sepúlveda para disparar sobre la salida de Antonio "La Tota'' Carbajal.
México no se desanimó, el técnico Ignacio Tréllez empezó a reordenar su equipo y en la delantera Alfredo del Águila comandó a sus compañeros de ataque y alentó a los medio volantes para que rescataran los balones perdidos.
Al minuto 12 en una descolgada de Salvador Reyes, Alfredo Hernández se hizo del balón y sirvió a Del Águila, quien regresó la pared a "El Fello'' Hernández, quien tocó a Isidoro "El Chololo'' Díaz para que anotara el gol del empate.
La defensa mexicana fue adelantada por su entrenador Ignacio Tréllez y los checos se vieron obligados a disparar de media distancia, sin embargo, en una descolgada, Pluskal casi logra el gol en un remate de cabeza, pero Antonio Carbajal evitó la caída de su meta con un gran lance.
En el minuto 29 Alfredo del Águila robó el balón a la defensa de Checoslovaquia, entró al área, burló al defensa que le salió a la marca, se lo quitó con una finta y sacó un disparo certero para vencer al guardameta William Schroiff y adelantar a México 2-1 en el marcador.
El segundo tiempo arrancó con dominio de Checoslovaquia, pues le bastaba un punto para ubicarse como el mejor equipo del Grupo C, por encima de Brasil, eso era lo que querían los checos, pero la "Tota'' Carbajal impidió el empate con grandes atajadas.
El apoyo del público chileno fue determinante, pues cada vez que un jugador mexicano tomaba el balón se escuchaban aplausos, y cuando los checos conducían el esférico recibían silbatinas.
Faltaba menos de un minuto para que finalizara el encuentro y los checos se habían ido al frente en busca del empate. En un contragolpe Isidoro Díaz llegó por el lado izquierdo y el defensa Lala cortó con la mano dentro del área el centro de "El Chololo''.
El árbitro Gottfried Dienst no dudó en marcar el penal, que fue cobrado muy bien por Héctor Hernández. El balón regresó a media cancha, los checos lo pusieron en movimiento y el silbante marcó el final del encuentro.
El partido terminó ante los aplausos de los asistentes al mismo y el júbilo de todo México, ya que por fin nuestra Selección Nacional conseguía su primer triunfo en una Copa del Mundo.
El Estadio Sausalito de Viña del Mar fue el escenario de esa primera victoria mundialista. En lo personal siempre tuve la ilusión de conocerlo por su importancia histórica para el futbol mexicano. Dios me concedió pisar su cancha en julio de 1993 durante la pretemporada de Santos Laguna en Laserena, Chile.
El Sausalito es un estadio con capacidad para 18 mil aficionados, ubicado en un bosque de Viña del Mar, rodeado por un precioso lago y frondosos sauces. Actualmente es remodelado para aumentar su aforo a 25 mil personas, ya que el próximo año será sede de la Copa Libertadores 2015 y del Mundial Sub 17.
¡Hasta la próxima!
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