Mi amiga Marianto, nos manda diariamente hermosas frases con las cuales comenzar el día. Siempre son frases de aliento y optimismo que nos hacen reflexionar y tomar conciencia del momento en que vivimos.
Hoy quiero reflexionar sobre algunas de las últimas que ha enviado esta semana.
La primera de estas frases corresponde a Facundo Cabral y dice así:
"Nacemos para vivir…Es tan corto nuestro paso por aquí que es una pésima idea no gozar cada paso y cada instante, con el favor de una mente que no tiene límites y un corazón que puede amar mucho más de lo que suponemos".
Desde que llagamos a este mundo, comenzamos a morir. Cada día que pasa nos acercamos al final sin remedio. Por ello dicen que la muerte es tan sabia que nos da toda una vida de ventaja.
¿Qué sentido tiene angustiarnos por lo que habrá de pasar sin remedio? Mejor disfrutemos de la vida mientras estamos en ella, porque un día, incierto, nos toparemos con la puerta de salida.
Lo peor es que no sabemos cuándo será ese día y acaso ni nos debe de importar.
"Cuando pases por una dura prueba y te preguntes dónde está Dios, recuerda que el maestro siempre está en silencio durante el examen".
Siempre en momentos de desesperación, levantamos los ojos al cielo y clamamos por la presencia de Dios. Queremos que Él nos responda la pregunta; ¿Por qué a mí, por qué ahora? Y olvidamos que efectivamente Dios está ahí, pero viendo en silencio la escena, como estaba el Padre cuando María vio morir a su hijo en la cruz.
El maestro permanece impávido, viendo las angustias del alumno, pero no debe intervenir. Su función terminó antes del examen. Él nos enseñó desde antes cómo se debe vivir. Si nosotros no aprendimos la lección, ya no es culpa de él.
"La felicidad no depende de lo que nos falta, sino del buen uso que le demos a lo que tenemos".
Siempre decimos que seremos felices cuando tengamos tal o cual cosa; y al alcanzarla surgen nuevas pretensiones, incluso carencias que nosotros nos inventamos, porque muchas de nuestras necesidades no son reales son ficticias.
Así nos pasamos la vida y obviamente la felicidad jamás la logramos. Tan fácil que es disfrutar lo que se tiene, sin envidiar a otros. Cada cual con lo suyo, respetando lo de los demás, pero gozando de lo poco o mucho que se tenga.
Dice el papa Francisco: "Sé paciente. A veces hay que pasar por lo peor para conseguir lo mejor, pero siempre confiando en Dios".
Por eso los caminos de Dios son inescrutables, desconocidos. Solo él sabe a dónde conducen, pero si lo seguimos confiando en él, con seguridad nos conducirá a algo bueno. Al final del camino siempre habrá una mano amiga que nos ayude.
Cuántas veces abrimos una puerta temerosos de lo que podamos encontrar adentro y al salir lo hacemos reconfortados, por lo que encontramos.
El secreto está en saber con quién te juntas, yo por eso me junto con personas como el padre Jorge, Chuy o Íñigo, que siempre me cuentan cosas bonitas. Para ver tragedias me pongo a ver Televisa y me embrutezco.
Mis amigos siempre me cuentan cosas bellas y Marianto es una de ellas. Por eso agradezco que estén en mi vida y que me alienten desde donde se encuentren.
Por lo demás: "Hasta que nos volvamos a encontrar que Dios te guarde en la palma de Su mano".
