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Wes Anderson es uno de los realizadores más personales del panorama cinematográfico actual y con El gran hotel Budapest regala al espectador otra película divertida, imaginativa, original y tremendamente kitsch, con una estética tan cuidada como es habitual en el estadounidense.
Un hotel rosa chicle, como recién salido de un horno de pastelero, es el protagonista de esta historia, inspirada aunque no lo parezca en relatos de Stefan Zweig, cuyo estilo difícilmente se puede calificar de divertido.
Pero aunque parezca imposible, Anderson ha captado el espíritu de Zweig y sus personajes que parecen vivir en un universo paralelo mientras el mundo cambia vertiginosamente a su alrededor.
Y lo hace con su estilo cercano al cómic, que en El gran hotel Budapest exagera aún más, jugando con colores infantiles que dan a la historia un toque de inocencia que contribuye a dar solidez a la narración.
Ralph Fiennes está perfecto como Gustave, el director de un hotel decimonónico en un país ficticio, Zubrowka, en los últimos años del Imperio Austro Húngaro. Un tipo que vive con elegancia y muy por encima de sus posibilidades, aprovechándose sin maldad de toda mujer mayor y adinerada que pasa por el hotel.
Una de ellas es la fantástica Tilda Swinton, que al morir le deja un cuadro en herencia que le traerá bastantes complicaciones.
Junto a Fiennes, un descubrimiento, el joven Tony Revolori, que interpreta a Zero, un botones del hotel y que es el contrapunto perfecto al engolado Gustave.
Una cómica pareja que centra una historia por la que pasean personajes estrafalarios, entre los que destacan Adrien Brody como el histriónico hijo de Swinton; Willem Defoe, como un despiadado asesino; Edward Norton como un absurdo policía o Saoirse Roan, como la pastelera de la que se enamora Zero.
Una genial galería de personajes que saben interpretar a la perfección el guión de Anderson, lleno de disparates pero que mantiene la cordura de una comedia alocada.
Todo ello dentro de una casa de muñecas gigantes, ese hotel en el que todo es posible y que sirve de contenedor de la desbordante imaginación de un director que ha sabido construirse un universo propio y rico, con películas como The Royal Tenenbaums, The Darjeeling Limited o Moonrise Kingdom.
Un universo que ha llegado a su plenitud con El gran hotel Budapest, que aterriza este viernes en Latinoamérica y que es el ejemplo más redondo del cine de Anderson.
Filmografía de Anderson
* Ladrón que roba a otro ladrón (1996).
* Vida acuática (2004).
* Viaje a Darjeeling (2007).
* El Fantástico Sr. Zorro (2009).