Vuelve la luz. Además del fuerte frío, la electricidad empezó a fallar en algunas zonas de Estados Unidos.
El regulador de servicios públicos de Pensilvania dijo que 451,000 clientes siguen sin suministro eléctrico en momentos en que las regiones del centro-sur y de Filadelfia trabajan para recuperarse de una fuerte tormenta de hielo.
Jennifer Kocher, vocera de la Comisión de Servicios Públicos de Pensilvania, dijo que las compañías de generación de electricidad proporcionaron las cifras más recientes a la agencia a las 11 a.m.
Kocher señaló que la cifra ha disminuido aproximadamente en 300,000 clientes afectados en las últimas 24 horas.
La capa de hielo derribó árboles y ramas a lo largo de la región de 160 kilómetros de ancho. Durante la noche operaron albergues cuando las temperaturas bajaron mucho más allá del punto de congelación.
Las compañías eléctricas dijeron que el servicio podría restaurarse hoy viernes por la tarde.
En la vecina Maryland, cerca de 69,000 clientes no tienen servicio de electricidad.
La segunda tormenta invernal de la semana en el noreste dejó más de 30 centímetros de nieve en algunos estados, obligó el cierre de escuelas, empresas y oficinas de gobierno, paralizó el tránsito aéreo y causó derrapes de vehículos y camiones en carreteras y autopistas resbalosas, una letanía de angustia ya conocida en un invierno donde las tormentas parecen tropezarse entre sí.
Una característica sobresaliente de esta tormenta fue la gruesa capa de hielo que cubrió árboles y cables de electricidad. La caída de cables por el peso del hielo causó la interrupción del suministro de energía. Y aunque la tormenta ya pasó, se prevé que sus efectos sigan durante días.
"La gente deberá tener paciencia en este momento", dijo el gobernador Tom Corbett al advertir que un nuevo descenso en las temperaturas durante la noche podría causar más problemas en los caminos. El gobernador emitió una declaración de emergencia por desastre, lo que permite a las agencias estatales utilizar los recursos y personal disponibles.