El Papa Francisco rezó junto a unos seis mil jóvenes asiáticos por la unidad de Corea y advirtió: "no existen dos Coreas sino una sola, una familia dividida que se puede reunificar rezando". Esto durante el encuentro que sostuvo con los jóvenes asiáticos en el Santuario de Solmoe, los tres muchachos (Smey de Camboya, Marina de Corea y Juan de Hong Kong) tomaron la palabra.
El pontífice siguió con atención, a través de un aparato traductor. Tomó notas y luego sorprendió al improvisar, tanto en inglés como en italiano, para responder algunas interrogantes. Hablando en italiano recordó la "dolorosa división entre los hermanos de Corea" y respondió con un consejo: "rezar por nuestros hermanos del norte".