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Robin Williams

GILBERTO SERNA

Estaba ligeramente suspendido en el aire, colgado de la puerta de un armario por un cinturón que tenía amarrado alrededor de su cuello. Es la descripción suscinta de como fue hallado el cadáver del actor Robin Williams. Lo extraño es que su cuerpo pendíera del picaporte de la puerta de un clóset semirrecostado sobre el piso. Lo que no nos ha sorprendido a quienes nos encontrábamos un 5 de mayo en la vecina ciudad de San Pedro a la que habíamos llegado junto a un grupo de agentes policíacos a horas tempranas de la mañana cuando la primavera está en todo su apogeo tomando en consideración que los rayos del sol golpeaban inmisericordes los rostros de los ahí presentes. En otras latitudes varios años después estuve tiritando del frío que se sentía también en otro 5 de mayo en una ciudad situada a orillas de la cordillera de las Rocallosas.

No tengo al alcance lo que asentó el médico forense, pero no sería extraño que dijera que encontró el cuerpo de Robin en posición sedente. En esa postura el cuerpo se mantiene sentado con el tórax en forma vertical o inclinado hacia adelante o en su caso flexionado a la derecha o a la izquierda sosteniéndose la cabeza igualmente inclinada hacia adelante o para atrás, así como a la derecha o a la izquierda.

En esa posición se encontró también a un joven señalado como autor del robo de un caballo. La diferencia es que en el lugar donde se halló el cuerpo era un cuartucho donde en una de sus paredes asomaba una argolla que con un lazo atado en un extremo sirvió de dogal para que el joven se ahorcara. La muchedumbre azuzada por un irresponsable liderzuelo amenazaba con invadir el lugar. Los uniformados, enviados desde Torreón permanecían a la expectativa resguardando el edificio municipal con las escopetas embrazadas y los nervios de punta.

Ya el cuerpo inerte del joven había sido llevado y traído de Torreón para que un médico legista le practicara la necropsia. Tiempo en el que se utilizó el cuerpo como un instrumento para empujar a la violencia que fracasó rotundamente ante la calma de las fuerzas del orden, que actuaron con la ecuanimidad requerida. Después se llegó a un acuerdo que permitió atenuar los ánimos rijosos que finalmente permitieron darle cristiana sepultura al cadáver del joven. Es esto un recuerdo amargo que nos remite a momentos en que nada parecía que se recobraría la tranquilidad de los deudos. Es apenas un breve esbozo de lo que empezó a partir de que fue encontrado en postura sedente, que creo es como encontraron al famoso artista recién fallecido.

¿Qué lleva al suicidio a un hombre al que la vida parecía sonreírle?, es la pregunta que deben estarse formulando los dolientes que aún no se explican cómo se tomó tan drástica decisión. Una persona que con su histrionismo realizó el milagro de hacer soltar la risa a las multitudes en tiempos como los de ahora en que las naciones por una causa u otra tienen la sensibilidad a flor de piel. No quisieramos que el Mundo se viera envuelto en una turbulencia que llevara a la humanidad a su aniquilación. Hacen falta muchos hombres que rompan el hielo de la indiferencia. Por eso no nos cansaremos de llorar a hombres como Robin William que hiciera reír a toda la humanidad. Descanse en paz.

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