Se ha dado a conocer la auditoría financiera externa realizada al ejercicio contable del año pasado del Simas, donde en términos generales la conclusión de lo encontrado en la misma es que sencillamente en ese año se vivió un gran desorden contable, equiparable a un complejo rompecabezas.
El Simas pagó la cantidad de 262 mil quinientos pesos al despacho contable del señor Luis Javier Alfaro para realizar la auditoría, la cual tomó un plazo de 58 días para llevarse a cabo. El resultado dado a conocer en rueda de prensa, hizo que los consejeros del propio organismo se declarasen desconcertados por la información arrojada de la revisión.
Eduardo Castañeda, quien tiene un año como miembro del consejo del organismo, declaró que la auditoría encuentra que durante el ejercicio 2013 no había registros contables suficientes que si bien no son determinantes -desde su punto de vista- para concluir un daño patrimonial, sí dejan en claro que los números que eran presentados mes a mes a los integrantes del consejo de administración, simplemente no eran reales.
El ejercicio 2013, fue el último de la administración municipal del hoy exalcalde Eduardo Olmos Castro, quien designó como gerente de Simas durante su mandato al señor Jesús Campos, quien presentó su renuncia a la gerencia el año pasado. Junto a Campos, trabajaba en el área contable Rubén González Hernández, como responsable del área. Como ninguno de los dos por obvias razones ya no trabaja en la institución, y no les pueden imponer sanciones administrativas, según la información que se presentó junto al resultado de la auditoría.
Se puede en parte decir que el consejero Castañeda no tenía oportunidad de saber que los números que se le presentaban a él y al resto de sus compañeros, miembros del dichoso consejo, porque apenas tenía meses siendo parte del mismo, pero los demás consejeros sí tenían años acumulados de experiencia y antier, ninguno se atrevió a asumir responsabilidad alguna de no haberse dado cuenta que la información que les era presentada no concordaba con la realidad.
Vaya, habían sido los consejeros hasta cautos de no atacar la gestión del exgerente Campos Villegas, pero en la propia rueda de prensa, Adelmo Ruvalcaba Nieto, se atrevió a decir que en ocasiones anteriores se le había recomendado al gerente de entonces, que despidiese a González Hernández. A su vez, el hoy controversial Felix Pérez, consejero y secretario técnico, señaló que "Chuy - refiriéndose a Jesús Campos Villegas- abandonó el barco, nunca tuvo nada que entregar, porque nunca tuvo el control del Sistema".
Del dicho de Ruvalcaba, de habérsele recomendado a Campos que prescindiera de los servicios de González, bastaría nada más que mostrara un acta de alguna de las reuniones formales donde quedase documentado eso, pero lo dicho por Pérez de que Campos nunca tuvo control del sistema, bastaría entonces preguntarle: ¿por qué no lo informaron como consejo a la ciudadanía?, ¿o sólo hasta ahora se dieron cuenta del desfalco y descontrol en al operación del Simas? ¿Para qué entonces sirve ese mentado consejo de administración?
En la larga historia reciente del Simas, basta añadir a la gestión que tuvo Jesús Campos que él mismo tuvo el resultado de la auditoría realizada al ejercicio 2009, pero que sencillamente - junto a todo el clan en el poder de entonces- decidió dejarla guardada en un cajón por tres años.
Esa auditoría de 2009, entre otras irregularidades, señalaba que los megatanques que costaron más de 100 millones de pesos habían sido una operación -por decir lo menos- innecesaria o incosteable, ya que varios de los tanques en cuestión nunca pudieron entrar en operación, constituyéndose en un daño patrimonial.
De igual forma, también se observaron irregularidades en la adquisición de pólizas de servicio, que fueron operadas a través de la esposa del entonces contralor Petar Entchev Petrov, quien acaba de ganar un juicio laboral contra el propio Simas, por 3.5 millones de pesos.
Es decir, Petrov es señalado por una auditoría en la irregularidad de la adquisición de los megatanques por 100 millones de pesos, luego también le observan que su esposa vendió pólizas al propio Sistema y de remate les gana una demanda con una cifra astronómica. Sepa el señor Petrov que todo ese lucro desproporcionado que está obteniendo, lo hizo y está haciendo a costa del pueblo de Torreón.
Los hechos y detalles del latrocinio pueden seguir, porque han sido muchos y de calado considerable. Está el cabildo de Torreón por ratificar al nuevo consejo, en el cual repiten varios miembros, que por omisión o candidez, son corresponsables del despojo de que hemos sido objeto los torreonenses en el manejo del Simas.
En medio de este "rompecabezas" que es el Simas no queda otra que hacer votos por que el alcalde Miguel Riquelme, de verdad si tiene amor por su ciudad, tenga la voluntad política de emprender acciones que resarzan al menos parcialmente el daño patrimonial que se le ha infringido al vapuleado Sistema Municipal de Aguas y Saneamiento.