Magia en la batería. Los músicos animaron a los asistentes a Laguna Drum Fest el martes pasado.
En La Laguna se celebra el Día del Baterista. Cada año, desde 2007, se lleva a cabo el Laguna Drum Fest, al cual son invitados músicos de talla internacional. Ahí, no sólo muestran lo que saben hacer con baquetas, tambores y platillos, sino que platican su experiencia con el público (asistentes de todas las edades) y se dan tiempo para convivir con él.
Acostumbrados a estar en el fondo del escenario, casi condenados al olvido, los bateristas hacen de las percusiones su fortaleza.
El baterista no suele ser la estrella. Los reflectores se posan sobre el 'frontman' (el que canta) o en su defecto para el hombre de los solos apantallantes, el guitarrista. Pero el talento no se esconde. Y desde el fondo emerge con fiereza y cadencia el sonido inigualable de un tambor.
EL CAMINO CORRECTO
David Adrián toca batería desde los 11 años. Hoy tiene 33 y sabe que eligió el camino perfecto. "Mi papá me dijo un verano: 'oye, no te quiero aquí tirando flojera, métete a las clases de batería'. A la fecha no sé por qué se le ocurrió eso, sólo le respondí que sí, nomás por seguirle la corriente. Pero fui a mi primera clase de batería, me encantó y dije 'esto va a ser mi vida'. Y a la fecha me dedico a esto".
Es el primero en subir al escenario del Laguna Drum Fest 2014. Comienza con un par de 'tracks' en los que muestra algo de lo que sabe hacer. Luego toma el micrófono y platica con los asistentes. El teatro Dolores del Río está lleno. En las butacas hay niños, jóvenes, papás, mamás, abuelos y abuelas. Hay bateristas, hay músicos en general. Melómanos. De todo. Es un excelente público y Adrián lo sabe.
Así que no pierde mucho tiempo y de nuevo toma las baquetas. Interpreta su versión de un sonido recurrente en los grandes músicos, entre ellos menciona a Bonham, su favorito. Es la primera vez que interpreta esa pieza. Al final, dice: "aprendí que si sabes hacer algo, tienes que hacerlo. Y si no sabes, tienes que ensayar y ensayar hasta que aprendas. Pero no debes dejarte vencer por los comentarios negativos de los demás".
Su turno termina con unos ritmos latinos, cubanos, con una interpretación magistral. Con un público cautivado que se le entrega en aplausos.
"Toda la vida he estado estudiando. Y no sólo eso, sino que también me gusta compartir el conocimiento que adquiero así que también me dedico a la enseñanza. Estudié la Licenciatura en Música, estuve en Los Ángeles aprendiendo más, he participado en muchas grabaciones, ha sido mucho trabajo".
Y mientras él habla en los camerinos, de fondo se escucha a Nacho Lozano, quien ha tocado con La Firma, grupo dedicado al estilo norteño.
"Todos tenemos base en el rock", confiesa Adrián, quien a pesar de eso admite que ha pasado por muchas etapas y géneros.
Lozano, cautiva al auditorio. No puede ocultar que durante años se ha dedicado al tipo de música popular. Pero éste es su momento. No hay voces sobre el escenario, sólo secuencias de batería. Ritmos seductores que atrapan a quien lo escucha.
Cuando termina su participación, agradece y va tras bambalinas para fundirse en un abrazo con su antecesor. David Adrián había confesado que "no lo conozco mucho, pero se ve que también le pega al rock". Ambos se felicitan.
Y toca el turno para Misael Barrera, quien había estado calentando con ejercicios de manos mientras Lozano era la estrella. Él es irreverente y experimentado. Desde que entra, toma por asalto a la audiencia y va directo al grano, rock potente. La gente se le entrega por igual.
Luego de un breve receso, Absalom Ruiz toma el control para demostrar que en La Laguna también hay grandes músicos. Para luego darle paso al encargado de cerrar la noche, Eloy Casagrande, el joven que forma parte de la banda más representativa del metal brasileño: Sepultura.
Con Casagrande, el show se vuelve una locura. Es la figura que ha esperado gran parte de los asistentes. Es la cereza en el pastel. Es el 'rock' hecho persona.
Es el Laguna Drum Fest, único en su especie en México y crece con baterías internacionales que cambian el "ruido" por la armonía.