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Sacar la historia de la bolsa

Cuestión de necesidades y personalidad

Sacar la historia de la bolsa

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María Casas

La bolsa es un objeto que ha jugado un papel fundamental a lo largo de la historia en la vida del ser humano. Su función es la de transportar utensilios de diversa índole, considerados imprescindibles para cubrir necesidades específicas en el día a día.

A lo largo de diversas generaciones y épocas, la bolsa ha tenido un protagonismo indiscutible en la vida del hombre y muy especialmente de la mujer. Así, al remontarnos a la prehistoria, observaremos cómo los cazadores hacían uso del bolso, creado a través de las pieles de los animales para guardar en él útiles de sílex, frutos recolectados y restos de sus presas de caza.

Ya en la Edad Media, los bolsos de las damas eran confeccionados con la misma tela del vestido y se ataban a la cintura. La cantidad de adornos simbolizaba el estatus y la posición social de quien la portaba.

Durante el siglo XVI, la moda isabelina marcó tendencias en el vestuario, y la bolsa de mujer -que dejó de ser llevada a la vista en la cintura- permanecía escondida tras los pliegues de las interminables faldas.

En el siglo XVIII, las bolsas comenzaron a tomar una forma similar a la que conocemos hoy en día. La necesidad de las mujeres de verse bien en cada momento y situación, llevó a la aparición de los denominados retículos o «indispensables», caracterizados por un diseño estético y funcional, que permitía tener a la mano accesorios y utensilios de belleza como el rouge, botellas de perfume o abanicos.

En el siglo XIX, la aparición del tren causó una revolución en el transporte, lo que conllevó también a un cambio de vestimenta para viajar en él. Las primeras bolsas de equipaje eran espaciosas, aunque el diseño dejaba mucho que desear, ya que no era elegante ni cómodo. En 1854, el francés Louis Vuitton, considerando estas características, creó un baúl que se adaptara a las necesidades de los nuevos tiempos, y que resultara cómodo para viajar, sin dejar de tener un buen gusto en su diseño y confección. A partir de ese momento, Vuitton se transformó en el dueño del equipaje elegante.

El siglo XIX, se caracterizó por una mayor independencia, libertad y movilidad en la vida de la mujer. En esta época ya no se buscaba únicamente transportar el polvo para el rostro, el maquillaje, los abanicos o un buen perfume.

Durante el siglo XX, las guerras, así como las revoluciones políticas y sociales, trajeron diversos cambios, los cuales quedaron plasmados en el mundo de la moda. La figura femenina comenzó a revelarse con mayor fuerza y perseverancia, luchando contra las restricciones impuestas por el hecho de ser mujer.

DISEÑADORES HISTÓRICOS

Si hablamos de moda, es prácticamente imposible no sacar a la luz nombres tan reconocidos como el de Coco Chanel, mujer de origen parisino y carácter fuerte, que se empeñó en crear diseños elegantes para las mujeres de su época, eliminando los adornos o detalles que pudieran resultar superfluos. De la mano de Chanel, quedó instaurado un nuevo concepto de mujer moderna.

Imposible olvidar durante su vida profesional el año de 1955, cuando Chanel, quien por aquel entonces ya era una mujer de renombre, decidió expandir su negocio y aventurarse en el mundo de los diseños de bolsos. Consciente de esa nueva mujer del siglo XX, la artista buscaba algo simple, elegante y atemporal.

El 2 de febrero de ese año, Coco Chanel introdujo su primer bolso, llamado el 2.55, haciendo alusión a la fecha en la que había sido creado. Quizá fue la fama de la diseñadora que ya estaba bien consolidada, o la elegante simplicidad del bolso (objeto acolchado de cuero con una correa de cadena), el caso es que las piezas resultaron ser un éxito rotundo e inmediato. El diseño original de 2.55 en 1955, fue introducido nuevamente en 2005, contando con la misma popularidad de antaño.

Otra de las mujeres que cabe citar por el papel que jugó en el terreno de la moda, es la estrella cinematográfica Grace Kelly, actriz de origen estadounidense que gustaba de usar bolsos de gran tamaño donde pudiera transportar infinidad de cosas, entre ellas sus incondicionales compañeros de viaje: los guiones de cine.

Hermès, conocedor de ello, le diseñó un bolso que no dudó en bautizar con su nombre, Bolso Kelly, el cual ha sido objeto de culto desde 1956. Tampoco puede ser pasada por alto la casa de moda francesa fundada en 1854 por Louis Vuitton, debido a su importancia en el mundo de la moda a nivel internacional.

En 1930, George Vuitton, hijo del fundador, implantó el nuevo monograma en todas las bolsas y carteras, pero además, diseñó un bolso que sirviera para las actividades diarias de la mujer en una versión más pequeña que el keep ball. Así fue como nació el Speedy, aunque inicialmente se llamó Express.

En 1972, Jacqueline Kennedy, conocida por ser la esposa del trigésimo quinto presidente de los Estados Unidos, John F. Kennedy, y primera dama de los Estados Unidos durante su presidencia, hizo famoso un diseño en diferentes versiones de la casa Gucci, cuyo nombre aún prevalece bautizado como Jackie O.

LA INDUSTRIA DE LA MODA

La década de los ochenta hace alusión a la incorporación de la mujer en el mundo corporativo. Este escenario también quedó plasmado en los bolsos de las mujeres, pretendiendo reflejar un símbolo de estatus y posición social. Pequeños y con cintas de cuero o cadenas para colgar al hombro, sobres grandes y con detalles para llevar bajo del brazo, o portafolios corporativos masculinos, estos objetos fueron populares y demandados durante esta década.

En 1984, el presidente de Hermès pidió ayuda a la actriz Jane Birkin para diseñar un bolso con la suficiente capacidad para llevar sus guiones. Así nació el bolso de la firma Hermès, hecho en cuero a mano y que, por supuesto, llevaba el nombre de la actriz y cantante británica.

En los años noventa, destaca el llamativo interés por la sensibilidad, espiritualidad y el cuidado del medio ambiente. Fueron los años de apuesta por lo simple, lo sencillo, lo reservado, lo discreto y funcional. En esa época, nació el inigualable Baguette de Fendi. Se trata del nombre de la barra de pan francés, menos que peculiar para un bolso, que su creadora, Silvia Venturini Fendi, lució por primera vez en 1997.

Después, el bolso fue colgado del hombro de estrellas de la categoría de Carrie Bradshaw, alias Sarah Jessica Parker, quien lo convirtió en el artículo más demandado de la marca, de manera que se hicieron mil interpretaciones de este modelo.

En 1995, la casa Dior creó un ejemplar del gusto de la última princesa, que fue llamado Lady Dior. Durante una exposición en París, Lady Di fue obsequiada con el modelo Chouchou, un bolso de piel y costura cannage de la casa Dior, cuyas señas de identidad consistían en unas asas con anillos y cadenas doradas. La princesa Diana se enamoró del bolso y comenzó a lucirlo con estilo en cada una de sus apariciones públicas. El resultado no pudo ser mejor, un éxito rotundo y absoluto de ventas, de forma que la firma Dior no dudó en replantearse el nombre que hasta el momento había recibido, y rebautizar el bolso como Lady Dior, en honor a la princesa.

Con la entrada del presente siglo, las casas de moda han puesto empeño en rescatar y relanzar modelos anteriores. La industria de la moda es consciente de la necesidad de disponer de una bolsa para cada ocasión y circunstancia. Por ello, podemos ser testigos de la infinidad de modelos existentes en el mercado adaptados a las necesidades culturales, sociales y económicas de cada persona.

Correo-e: fernandezcasas.maria@gmail.com

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