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Sacralización del petróleo

Mirando a fondo

VÍCTOR GONZÁLEZ AVELAR

Sería hacer algunas reflexiones sobre el traído y llevado asunto de la Ley energética y Pemex. Sin tratar desconocer la importancia fundamental que tiene el petróleo para el sostenimiento de nuestra civilización tal y como la concebimos ahora, trataremos de hacer un divertido ejercicio de especulación que a algunos lectores podrá parecerles fuera de lugar y hasta frívolo, pero asumiendo ese riesgo lo haremos. Nuestros gobiernos han hecho, desde de la misma expropiación petrolera, la sacralización de los hidrocarburos que yacen en nuestro subsuelo.

 NUESTRA MISMA sociedad en su conjunto, se ha sumado a esa sacralización. Pueblos y gobierno han sentado como premisa fundamental que nuestro desarrollo económico, destino y futuro se fundamenta fatalmente en nuestro petróleo apostando a que el destino final de México está en el oro negro.

 MI AMIGO el licenciado José Romero Apis, catedrático, jurista y periodista me comentaba en días pasados, que históricamente el gobierno ha sido el tenaz saqueador de Pemex; sus trabajadores y sindicato lo han "ordeñado" a placer. Son estos pillos del sindicato petrolero quienes orgánicamente incustrados en la paraestatal la han atracado. Por otra parte, nosotros el pueblo de a pie, somos los que hemos venido gastando, las más de las veces irracionalmente, las gasolinas.

Para entrar en materia bástanos señalar que un barril de petróleo (159 litros aproximadamente) vale más o menos 100 dólares; pero un barril de refresco de cola vale 300 dólares, esto es, tres veces más que el sacralizado petróleo.

 UN BARRIL de las conocidas aguas embotelladas provenientes de las montañas europeas cuesta 600 dólares; esto es seis veces lo que uno de petróleo. Un barril de simple barniz para las uñas vale 70 mil dólares. Un barril de colirio para los ojos irritados vale 12 millones de dólares. Un barril de anticancerígeno líquido cuesta 60 millones de dólares; un barril de antibióticos vale más de 100 millones de dólares y así podíamos seguir hasta el infinito.

 ¿QUÉ NOS DICE Toda esta información? Que no es la riqueza de hidrocarburos lo que hace rico y próspero a un país. Lo que sí lo hace grande es su tecnología, su alto nivel educativo y la investigación científica.

China, Japón, Alemania, Francia, India, Corea del Sur son de las economías más grandes del mundo y sin embargo, ninguno de ellos es país con recursos petroleros. Ellos apostaron a la tecnología y a la química para ser potencias mundiales.

 GRAVE ERROR sería de nuestra parte comprometernos en una carrera por la petrolización a ultranza sin impulsar paralelamente la investigación y producción de bienes valiosos con valor agregado.

¿En dónde está la verdadera riqueza de una nación?: está en el trabajo y la investigación científica, no en los hidrocarburos que cualquier día de éstos se nos acaban. Es por ello que a distancia, nos parece un verdadero pandemonio la terrible batalla desarrollada en el poder legislativo para desacralizar el aceite negro.

Ese empeño deberíamos ponerlo en cuidar, proteger y administrar debidamente el agua.

Ése sí que es un valiosísimo recurso que cualquiera puede actualmente tirar, desperdiciar y hasta monopolizar sin que el estado haga nada al respecto.

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