Los Guerreros tuvieron una última práctica antes de encarar su siguiente compromiso en la Libertadores. (Eduardo Sepúlveda)
Sin la mayor parte de su cuadro titular, Santos Laguna volvió al campo de entrenamiento ayer por la mañana para afinar detalles de cara al partido contra el Deportivo Anzoátegui.
Los jugadores que no vieron acción el pasado sábado contra Pachuca en la Liga MX, los que entraron de cambio así como algunos juveniles, realizaron algo de futbol bajo las órdenes del estratega Pedro Caixinha.
Sólo tres titulares entrenaron al parejo (Rodolfo Salinas, Néstor Calderón y Javier Abella), los demás trabajaron en el gimnasio. Caixinha dispuso ejercicios de recuperación, de coordinación defensiva y en ataque y espacios reducidos divididos en dos grupos.
El portugués puso especial atención en la labor de los contenciones (Salinas, Ribair y Crosas), quienes principalmente se encargaron de "conectar" con los delanteros en zona de definición.
Entre los más participativos estuvo el hondureño Junior Lacayo, futbolista de la filial Sub-20.
Al final de la práctica, algunos jugadores como Osmar Mares, Eduardo Herrera, Rafael Figueroa y Crosas se quedaron a ensayar tiros penales.
Así, los Guerreros se declararon listos para encarar el cuarto partido de la fase de grupos de la Copa Libertadores de América.
Se encierran
Deportivo Anzoátegui llegó ayer antes de las 7:00 de la tarde a las instalaciones del Estadio Corona para el tradicional reconocimiento de la cancha.
Custodiado por unidades de la Dirección Municipal de Seguridad de Torreón, arribó el camión al Territorio Santos Modelo. Diez minutos después, los jugadores se encontraban en el campo dispuestos a su calentamiento. Algunos incluso se cambiaron ahí. El entrenamiento de ayer del equipo venezolano fue “a puerta cerrada”, por lo que los medios de comunicación no pudieron presenciarlo. Las instrucciones fueron precisas y tampoco se permitió grabar imágenes de video ni fotografías.