Santos. Un sinnúmero de recuerdos se venden en El Vaticano al acercarse la canonización de Juan XXIII y Juan Pablo II.
Lo que el papa Francisco diga a los fieles en sus conversaciones telefónicas privadas no refleja la posición de la Iglesia, sostuvo el vocero del Vaticano ayer jueves.
El reverendo Federico Lombardi hizo esta declaración inusual luego de días de especulaciones de que el pontífice querría modificar la norma de la Iglesia católica que prohíbe dar la comunión a los fieles que vuelven a casarse después de un divorcio.
El tema se planteó al conocerse que Francisco llamó por teléfono a una mujer argentina que le pidió consejo, señalando que su párroco le negó acceso a los sacramentos porque el matrimonio anterior de su cónyuge no había sido anulado.
Según el esposo, Julio Sabetta, Francisco le dijo a su mujer que estaba libre de pecado y debía tomar la comunión.
Sabetta dijo que recibió la llamada del papa Jorge Mario Bergoglio el lunes por la tarde en su casa en San Lorenzo, en la provincia argentina de Santa Fe.
"El hombre preguntó por mi esposa. Yo dije, '¿De parte de quién?' 'Del padre Bergoglio', dijo. Así como si fuera uno más de mi familia", dijo Sabetta a la radio Cadena 3.
Añadió que su esposa, Jacqui Lisbona, tomó el teléfono y habló directamente con el papa.
"Dijo que quedaba libre de todo pecado, que bendijo a toda la familia, que queda libre para comulgar de aquí en más, que rezáramos por él... Fue algo muy maravilloso", expresó Sabetta, y añadió que después de la conversación, todos se abrazaron y lloraron.
La voz se corrió después que Sabetta escribió en Facebook que el papa había llamado. A esto siguieron las notas periodísticas con conjeturas de que Francisco eliminaría la prohibición de dar la comunión a los fieles divorciados y sus cónyuges.
Muere joven aplastado
Un joven de 21 años de edad murió ayer aplastado por una cruz dedicada al papa Juan Pablo II en la localidad italiana de Cevo, en la norteña provincia de Brescia.
Según informó el cuerpo de carabineros local, el joven, identificado como Marco Gusmini, perdió la vida cuando la cruz le cayó encima aparentemente derribada por el viento.
Dedicada a una visita de Juan Pablo II a la zona en 1998, la cruz fue inicialmente instalada en el estadio de Rigamonti y en 2005 fue transportada a Cevo, a mil 200 metros de altura.
El alcalde de esa localidad, Silvio Citroni dijo que la escultura cayó cuando un grupo de jóvenes realizaba un"picnic" local y que casi todos lograron escapar a tiempo, con excepción de la víctima.
Citroni confirmó que debido a la tragedia han sido anulados todos los actos previstos para las canonizaciones de Juan Pablo II y de Juan XXIII, que tendrán lugar el próximo domingo en el Vaticano.