Disponer de más dinero del acostumbrado también es factor detonante de violencia económica, modalidad que resurge sobre todo los dos últimos meses de cada año en contra de las mujeres.
A decir de Vianey Pimentel, titular de la Procuraduría de la Defensa de la Mujer en Gómez Palacio, los casos se incrementan hasta en un 20 por ciento como consecuencia de la entrega de gratificaciones y ahorros.
La simple negativa del hombre a proporcionar a su cónyuge e hijos lo necesario para el sustento es ya una forma de violencia, la cual se reproduce en esta época porque hay un mayor circulante de efectivo en comparación con el resto del año.
La situación se agrava cuando la economía de la mujer depende en su totalidad de la pareja, pues la omisión o incumplimiento en el aporte del gasto diario generalmente deriva en otros conflictos de mayores proporciones.
