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Si Colosio viviera

Actitudes

JOSÉ SANTIAGO HEALY

Nadie imaginó que la terrible noticia de aquella tarde del 23 de marzo, hace ya veinte años, cambiaría para siempre el destino del país y de los mexicanos.

El asesinato de Luis Donaldo Colosio, cuya autoría intelectual sigue inmerso en un mar de dudas, sacudió a fondo las estructuras del sistema político mexicano.

A pesar de sus rezagos y de problemas ancestrales que no se han resuelto, México es hoy otro país: más abierto, más democrático y más libre.

A propósito del aniversario 20 de la muerte del malogrado sonorense, este columnista preparó una serie de supuestos sobre lo que pudo haber sucedido si Luis Donaldo siguiera vivo y activo.

El artículo fue escrito bajo la convicción de que el "hubiera" no existe y que se trata de un ejercicio de meras presunciones sin el menor rigor científico o académico. Comenzamos.

Si Colosio no hubiera muerto habría ganado, sin lugar a dudas, la elección presidencial el primer domingo de julio de 1994.

La campaña política se complicó de manera dramática por la insurrección de Chiapas y el protagonismo de Manuel Camacho, pero era cuestión de semanas para que la gira del priista resurgiera luego de visitar Baja California y Sonora.

Si Colosio no hubiera muerto habría reorientado su estrategia para ganar la votación con un margen considerable a sus contrincantes Diego Fernández del PAN y Cuauhtémoc Cárdenas del PRD.

Baste recordar que Ernesto Zedillo obtuvo una cómoda victoria sin gozar de la experiencia política y el carisma del candidato asesinado.

Si Colosio no hubiera muerto habría tenido que batallar muy fuerte al inicio de su gobierno. En primer lugar por la mano y sombra de su antecesor Carlos Salinas de Gortari, quien no lo dejaría gobernar con libertad y soltura.

En segundo lugar porque Luis Donaldo sufriría una de las penas más grandes de su vida: la muerte por cáncer terminal de su esposa Diana Laura Riojas. En campaña Colosio no ocultó el dolor por esa enfermedad y por la posibilidad de que sus pequeños hijos Donaldo y Mariana, quedaran sin madre.

Si Colosio no hubiera muerto es muy probable que "el error de diciembre" no se habría presentado o al menos no con la intensidad que se registró y que puso a México, a la banca y al sector productivo, al borde de la quiebra.

Si Colosio no hubiera muerto habríamos visto reformas políticas y democráticas más profundas aunque en medio de cismas al interior de su partido. Sin embargo, en materia económica Colosio habría frenado o renegociado el Tratado de Libre Comercio ante los efectos negativos que provocó en el campo y los sectores marginados del país.

Si Colosio no hubiera muerto se habría aplazado en México la transición política al año 2006 o 2012, toda vez que el sonorense habría empujado a un mejor candidato de su partido en la elección del 2000, en lugar del entonces derrotado Francisco Labastida Ochoa.

Además las reformas estructurales que fueron aprobadas el año pasado, habrían quedado "planchadas" durante su gobierno y puestas en marcha en el inicio del siglo XXI. No obstante, los cambios habrían sido graduales, en especial la Reforma Energética.

Si Colosio no hubiera muerto el país no habría pasado por este período tan largo de violencia con tantos miles de asesinatos año tras año ni tampoco se habrían aprobado leyes tan nefastas como la del aborto en el Distrito Federal.

Si Colosio no hubiera muerto hoy seguiría muy activo, pero operando de manera discreta y sin los protagonismos del expresidente Fox ni los desplantes de Carlos Salinas de Gortari. Quizá estaría dedicado a la enseñanza y a la investigación académica en temas políticos y económicos.

Si Colosio no hubiera muerto sin lugar a dudas el país no fuera el mismo, quizá sería mucho mejor, aunque resulta imposible saberlo hoy en día a cabalidad.

Lo cierto es que la muerte de Colosio no resultó en vano, gracias a su ideario y su legado se realizaron infinidad de cambios políticos, sociales y económicos que derivaron en una alternancia del poder a partir del año 2000.

Incluso el PRI se transformó, un buen número de sus ancestrales dinosaurios --aunque no todos-- se alejaron del entonces invencible incluyendo a los Salinas de Gortari, los Bartlett y los Camacho Solís.

Si Colosio viviera definitivamente este país no fuera igual, pero fue su muerte lo que marcó una profunda diferencia entre aquel ominoso 1994 y un 2014 más prometedor.

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