Pan. Con dedicación, panaderos hacen cada pieza.
En la celebración del Día de Muertos no puede faltar el pan acompañado por una taza de café o chocolate.
En la panadería Bravo de Gómez Palacio ya es tradición hornear esta pieza que deleita el paladar de cientos, que desde los primeros días de octubre comienzan a solicitarlo.
Pero es hasta el 20 que comienza su venta.
Antonio Jasso, Carlos Pérez y Omar son quienes se encargan de preparar esta peculiar pieza de pan, que simula un corazón con huesos humanos.
De acuerdo con la historia, para 1519 en México se realizaba un ritual en donde una princesa se ofrecía a los dioses, en donde su corazón se introducía a una olla decorado con amaranto, para después quien encabezaba dicho ritual le diera una mordida como agradecimiento a un dios.
Pero los españoles rechazaron ese tipo de sacrificios por lo que elaboraron un pan de trigo en forma de corazón bañado en azúcar pintada de rojo, simulando la sangre de la doncella.