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Simas, desorden e impunidad

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Desaseo, desorden e ineficiencia son palabras que definen al Sistema Municipal de Aguas y Saneamiento (Simas) de Torreón, empresa descentralizada encargada de suministrar el principal servicio de la ciudad. Desde hace por lo menos seis años, el Simas enfrenta una situación crítica que ha venido empeorando y que ha puesto al único monopolio de la urbe en la paradoja de operar en números rojos, lo cual le ha impedido brindar una mejor atención a la ciudadanía. Y hasta ahora, el Consejo Directivo, el cuerpo de gerentes y las propias autoridades municipales han sido omisas para resolver los problemas que tienen a la empresa hundida en uno de los baches más profundos de su historia. Lo más grave de todo es que no hay un solo responsable que haya sido llamado a cuentas.

En 2010, la Auditoría Superior del Estado llevó a cabo una revisión integral extraordinaria en la que se revelaban serias irregularidades relacionadas, entre otras cosas, con el proyecto de instalación de tanques, impulsado por el exalcalde panista José Ángel Pérez. El resultado de esa revisión llegó a la gerencia general, ocupada entonces por Jesús Campos Villegas, en donde inexplicablemente se guardó hasta 2013, cuando fue publicada por El Siglo de Torreón. A pesar de los señalamientos directos que se hacen contra exfuncionarios del Simas, es fecha que ninguno ha enfrentado un proceso legal. Por el contrario, hay algunos que siguen beneficiándose a costa de la empresa, como es el caso de Petar Entchev Petrov, excontralor de la empresa descentralizada, quien la semana pasada ganó un juicio laboral por 3.5 millones de pesos al Simas. Se sabe que no es el único caso.

Hace unos días, el Consejo Directivo dio a conocer el resultado de una auditoría financiera externa realizada por una firma privada al ejercicio de 2011. La conclusión a la que llegó el despacho es que en el Simas existe un grave desorden contable. No obstante, el auditor aseguró que no observa dolo en esta situación y, por su parte, el exsecretario técnico, Félix Pérez Murillo, dijo que no veían fraude. Derivado de lo anterior, se deduce que a nadie se le fincará responsabilidad alguna por ese desorden que, según los propios consejeros, parece un rompecabezas. Uno de ellos, Eduardo Castañeda, presidente del Consejo Lagunero de la Iniciativa Privada, declaró que no sabían que la situación de la empresa fuera tan grave debido a que los números que les presentaban mes con mes no eran reales. Una irregularidad más.

Aunque el alcalde de Torreón, Miguel Riquelme Solís, y los integrantes del Consejo Directivo, que acaba de ser aprobado por el Cabildo, han tratado de mandar un fuerte mensaje de que las cosas ahora serán diferentes en el Simas, lo cierto es que hay algunas señales que indican lo contrario. La asociación civil Participación Ciudadana 29 cuestionó en un desplegado el fin de semana el nombramiento de Javier Lechuga como contralor municipal y comisario del Simas ya que fue su despacho quien llevó a cabo la mayor parte de las auditorías de las cuentas de la empresa en la pasada administración, auditorías que, dicho sea de paso, nunca mostraron el desorden que ahora se revela. A esto hay que agregar el hecho de que, hasta hoy ni el alcalde ni el Consejo ni la gerencia general, ocupada por Xavier Herrera -quien viene de la administración anterior- se han pronunciado por investigar y castigar a los responsables del desastre del sistema de aguas. Mientras persista la impunidad, difícilmente podrá haber cambios radicales en una empresa de la que depende en gran medida la vida de la ciudad.

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