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Sin hambre

ROGELIO GÓMEZ HERMOSILLO

Ha concluido el mes de la Cruzada Nacional contra el Hambre (CNCH). El gobierno ha difundido sus acciones en spots, espectaculares y eventos. ¿Cómo valorar esta política del gobierno? Dada su importancia, merecemos saber si logrará su objetivo.

Aún es pronto para evaluar los resultados. Contaremos con un primer "corte de caja" en julio de 2015, cuando se difunda la nueva medición multidimensional de la pobreza de Coneval. Las siguientes mediciones se conocerán en 2017 y el dato sexenal hasta 2019. Mientras aparecen esos datos duros, comento algunas definiciones y resultados iniciales.

Resalto el alcance acotado de la población objetivo de la Cruzada: 7 millones de personas. La CNCH se focaliza para una de cada cuatro personas con carencia alimentaria (25.6%) y a menos de dos de cada tres personas en pobreza extrema multidimensional (60.8%). No quedan consideradas 20.4 millones personas con carencia alimentaria, ni otros 4.5 millones de personas en pobreza extrema.

La CNCH cubre a la octava parte de la población con inseguridad alimentaria. Según la escala de situación alimentaria de Coneval, en 2012 había 51.3 millones de personas con algún grado de inseguridad alimentaria. 11.3 millones presentaban inseguridad alimentaria severa y otros 16 millones inseguridad alimentaria moderada.

También hay un acotamiento geográfico. En esta primera etapa, la CNCH se aplica en 400 municipios prioritarios. Ahí radica poco más de la mitad de la población objetivo. Quedan pendientes poco más de 2 mil municipios y el 49% de la población objetivo. Los documentos consultados no aclaran cuándo se incorporarán los municipios restantes.

Los objetivos de la CNCH son múltiples. El más relevante se propone lograr cero hambre así como "eliminar la desnutrición infantil. En el indicador referido a la "carencia por acceso a la alimentación", la meta es "erradicar la carencia alimentaria de la población en pobreza extrema alimentaria". Esto implica pasar de 7.01 millones de personas a cero en estos 6 años. Desafortunadamente, en esos indicadores no se define la línea de base ni la meta en desnutrición infantil.

El modelo operativo de la CNCH articula muchas acciones. Aunque eso pueda ser positivo, también hay riesgo de dispersión porque la gran mayoría de acciones mencionadas está poco alineada a este primer objetivo. La CNCH contempla acciones en relación con las otras cinco carencias que se miden en la pobreza multidimensional: 1) rezago educativo, 2) acceso a la salud, 3) acceso a la seguridad social, 4) calidad y espacios de la vivienda, 5) servicios a la vivienda. Además se concede gran importancia a la participación comunitaria. Se difunde mucho que son más de 60 mil comités ya creados.

Entre las acciones sustantivas el gobierno destaca los comedores que llegan a casi 350 mil personas (5% de la población objetivo) y la tarjeta del Programa de Apoyo Alimentario, que cubre a 1.5 millones de personas (21% de la población objetivo). Esta tarjeta sustituye las transferencias monetarias que recibían previamente y sirve para adquirir 13 productos en tiendas Diconsa. En otra ocasión comentaré estos programas.

El resultado de la CNCH se debe lograr. Para saber si así será, resultan clave las mediciones de la pobreza de 2014 y 2016 que deben mostrar reducciones sustantivas de la pobreza extrema alimentaria. Con esos datos previos podremos prever si la medición 2018 y la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición de ese año, (que se conocerán hasta 2019) arrojaran un resultado "cero" en las dos variables clave: pobreza extrema alimentaria y desnutrición infantil. Si así sucede será una gran noticia para México.

Consultor internacional experto en programas sociales

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