Lamentos. Una soldada israelí abraza su casco mientras que escucha las alarmas para iniciar ataques. (EFE)
Alrededor de un millón de trabajadores de la educación, el transporte y de los servicios públicos semiparalizaron las actividades en Gran Bretaña en lo que es considerada la huelga más grande de los últimos tres años.
Escuelas, hospitales y hasta el parlamento de Westminster ha sido afectados por el paro de labores, además de que sindicatos convocaron a unas cincuenta marchas en Inglaterra y Gales.
Los trabajadores se quejan de un congelamiento en los salarios desde 2012, un incremento del desempleo en el sector público, recorte de empleos y aumento en la edad de retiro. El líder del Sindicato de Bomberos, Paul Embery, afirmó que es una "locura" que el gobierno haya aumentado la edad de servicio a 60 años, cuando muchos de los brigadistas son "abuelos y abuelas". El primer ministro británico David Cameron anunció la víspera que en el próximo manifiesto del Partido Conservador introducirá candados contra los paros de labores. "Creo que ha llegado el momento de poner límites a la validez de una votación para decidir una huelga… La votación de la Unión Nacional de Maestros (NUT) tuvo lugar en 2012, con un número de votantes de sólo 27 por ciento", señaló el político.
La dirigente de la NUT, Christine Blower, advirtió que hay una escasez de educadores debido a un deterioro en sus condiciones laborales y aseguró que no les dejaron otra opción más que unirse al paro de labores. "El hecho de que los maestros estén preparados a unirse a una huelga es una indicación del sentimiento de indignación contra los cambios impuestos, señaló.