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Solo y Sin Marca

Alejandro Rodríguez

Al final sucedió lo que tanto se temía: Santos Laguna quedó eliminado. Fue víctima de sus propios errores, no más. El noble sistema de competencia le permitió tener esperanzas y depender de sí mismo en la última jornada, pero ni así. Equipos que tuvieron una campaña mediocre como Pachuca y Pumas, lograron colarse. Estaba muy fácil. Además, el torneo que acaba de terminar ha sido uno de los calendarios más sencillos para Santos, recibiendo a equipos de media tabla para abajo a los que no se les pudo ganar.

¿Por qué sucedió esto? Por la reiteración de utilizar fórmulas que no han resultado, que no resultan y que jamás resultarán. El genio Einstein tenía una opinión muy concreta para las personas que se aferran a esto. Realmente Santos no jugó mal, fue ofensivo y propositivo, pero tuvo dos factores en su contra que al final le pesaron demasiado: la falta de contundencia de sus delanteros, que aún así marcaron una buena cantidad de goles; y los terribles cambios que se hacían en los segundos tiempos en donde el equipo siempre se caía, era alcanzado en el marcador por equipos débiles, como local, jugando la mayoría de las veces con superioridad numérica y ni así se lograba el triunfo.

El partido ante Puebla fue el fiel reflejo de cómo fue el equipo durante todo el torneo: tomando ventajas, no sabiendo manejarlas, haciendo cambios extraños, precipitados, por gente que poco o nada aporta al equipo, recibiendo goles de jugadores que están a nada del retiro y que en todo el torneo no han brillado y pagando las consecuencias de errores propios procedentes de la falta de concentración, de compromiso y de amor a la camiseta.

Qué orgullo ver a Carlos Izquierdoz jugar como jugó, pero a la vez qué triste saber que casi nadie se entrega en la cancha como él lo hizo. No sé qué piense el central argentino, si le haya reclamado algo a sus compañeros o a su compatriota para al menos dar el 50% de lo que él con el corazón suda la camiseta. La diferencia en calidad futbolística, vergüenza y hambre de triunfo es abismal. Carlos Izquierdoz no merecía quedar fuera de la liguilla y varios de sus compañeros no merecen ni siquiera pertenecer a este equipo. Así de cruda es la realidad.

Ya no mencionaré nombres, no es necesario. Todos sabemos quiénes son los que no aportan, porque en ningún momento han aportado, salvo perdidos destellos de los que no pueden seguir viviendo. El entrenador ya no podrá defender lo indefendible. No estamos ciegos y todos tenemos inteligencia y criterio.

Twitter:@AlexRodriguezSa

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