No caeré en la cursilería de la Carta a Santa, mejor cambiaré el género del destinatario y mis peticiones se las haré al Santos Laguna.
Si algo pudiera, ya no recomendar, sino pedir a tan querida institución, sería una total apertura al diálogo entre directivos y afición, con o sin los medios de comunicación como intermediarios. No estoy diciendo que esto no exista, creo que como toda empresa prudente, Santos escucha a sus consumidores, principales clientes, o afición y trata de cumplir las expectativas. Este año ha vuelto el vaso de cerveza chico y el abono del mismo tamaño, que sin duda, aunque los tan complicados números finales demuestren lo contrario, benefician al aficionado y lo animan a asistir al estadio.
Quizá el día del juego y el tan complicado horario sea lo que no ha permitido del todo que el estadio registre llenos, eso tendrá que trabajarse o aceptarse, y aunque esto no es decisión del Santos sino de la televisora que los transmite y de las marcas que patrocinan, son puntos que aunque no lleguen a resolverse deben seguirse considerando.
Algo que he observado y que pediría para este siguiente año al equipo es el real y buen manejo de la información. Decir lo que es y explicar por qué. Creo que la afición y los medios laguneros son comprensivos y se puede comprender perfectamente que el club necesita vender a Oribe Peralta para el bien de las finanzas, a Darwin ahora, que desea bajar la nómina (y el promedio de edad, entre otras conveniencias deportivas) con la salida de Oswaldo Sánchez y Juan Pablo. Es triste, pero se entiende. La afición está encariñada con ellos, pero se entiende. Son parte fundamental de la historia del club, pero se entiende que así son los ciclos, que un equipo también tiene que ver por sus finanzas y que eran tiempos propicios para venderlos.
Me refiero concretamente a: ¿para qué anunciar con bombo y platillo la extensión de contrato de Darwin por 4 años más si se sabía que iba a salir casi de forma inmediata? ¿Por qué Oswaldo no apareció en la lista de transferibles (ni Darwin) si el equipo sabía desde que la publicó que ninguno de los dos estaría más en la institución?
Sé perfectamente que esto no causa daño a nadie, pero ¿para qué? ¿Qué se quiere conseguir no diciendo lo que ya es un hecho?
Al final lo único que se consigue es que la afición tenga ya un sentimiento de desconfianza e incredulidad hacia lo que dice el equipo, pues no importa lo que se diga si se termina haciendo otra cosa.
Lo pido para bien. Esto beneficiará a todos y creará un ambiente de realidad. No importa que la noticia no vaya a gustar a la afición, si de todos modos se concretará, más vale que se entere por Santos que por otro lado. Eso a largo plazo se agradece y crea un vínculo mucho más fuerte con la tribuna, que creo es lo que Santos Laguna busca.
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