Muy extraño lo que aconteció en la cancha del León el sábado. Después de lucir a nivel internacional en la mismísima cancha del Peñarol, Santos mostró una cara muy distinta, irreconocible, en su posterior partido de liga. Y pudieron haberse excusado aludiendo al largo viaje a Sudamérica, que tuvieron partido entre semana, que los vuelos, los transbordos, las desmañanadas y ciertamente ese recurso pudo haber servido. Pero no puede aplicar porque León pasó por las mismas circunstancias: fue a Bolivia, también jugó y de igual forma consiguió un buen resultado. Entonces ¿qué pasó?
Es sabido que la cancha del Nou Camp históricamente se le ha complicado a Santos. Jamás ha ganado en ese estadio y es ahí donde ha recibido la mayor de sus goleadas en un partido oficial: aquél 7-1 humillante de la 92. También está muy reciente la eliminación de los Guerreros en la pasada semifinal en manos de los Panzas Verdes y mucho de esa dolorosa derrota se debió a una mala estrategia de Pedro Caixinha.
En esta ocasión las cosas no cambiaron mucho. A veces no hay aprendizaje por los errores del pasado y se repiten otra vez. Me sorprende que la defensa verdiblanca se haya visto tan lenta, tan desubicada, tan sin plan de juego y que con gran parsimonia los ofensivos del León hayan hecho pedazos a la primera línea. Figueroa, Alanís y Lacerda no alcanzaron, no pudieron, no quisieron, no lo intentaron.
Por otra parte, se aplaude la forma en que Santos ataca. Ahí sí que se tiene una idea, un plan, una estrategia que no se ve a la hora de defender. Clave la entrada de Mauro Cejas, que al igual que en Uruguay estuvo repartiendo juego y dio otra dinámica al equipo. Santos generó las oportunidades de gol para empatar un 4-0 en contra que por haber sido tan temprano, fue demasiado pesado. Pero aún así las opciones se tuvieron, lamentablemente la puntería sigue sin estar fina a pesar de los dos goles que sí se anotaron: Ceballos falló dos claras, Rentería otras dos, Oribe una, Darwin otra. Con el 40% de las jugadas elaboradas que se anotaran estaríamos hablando de un equipo monstruoso. Es el partido en el que más se ha extrañado al "Chuletitas", que por mucho ha demostrado ser el más contundente de los delanteros santistas.
Mucho qué afinar de la media cancha para abajo. Si los defensas son tan lentos, que no suban y dejen tantos espacios. Que Alanís y Figueroa se queden fijos atrás, hay que hacer primero, bien, lo que primero corresponde.
Twitter: @AlexRodriguezSa