En medio de un militar redoble de tambores se oye una entusiasta voz femenina que dice: "Somos los que hacemos que el sol se levante." El siguiente turno le toca a una voz masculina: "Somos raíz y brote que crecen vigorosos hacia el futuro. Somos los apasionados que convierten sus sueños en realidad."
En la versión televisiva del anuncio, que hay una también para radio, se muestran imágenes de una escolta que acompaña a una bandera mexicana. "Somos el verde de nuestra fe, el blanco de nuestra unión y el rojo de nuestra lucha. Somos los que sostenemos la bandera. Somos los que defendemos nuestra nación. Cámara de Diputados. Sexagésima segunda legislatura."
Recuerdo cuando una política hace años me decía que la mala fama de los diputados y los políticos era producto de las críticas gratuitas que les hacemos los periodistas. La confiscación masiva de tiempos de radio y televisión tenía como objeto dar a la clase política una oportunidad de defenderse. Ya no tendrían que pasar por las mesas de redacción de los medios de comunicación. Llevarían directamente su mensaje a la gente y, lo mejor de todo, sin tener que pagar por ello.
El gobierno, el Congreso, el poder judicial, la Comisión Nacional de Derechos Humanos, los partidos políticos y el IFE han recibido así tres minutos de tiempo aire cada hora en horarios de seis de la mañana a media noche en radio y televisión abiertas (aclaración de interés: colaboro con empresas tanto de radio como de televisión). Es una enormidad de tiempo que produce una avalancha de mensajes con los cuales la clase política busca convencer a los ciudadanos de que está haciendo un buen trabajo.
El que los diputados nos digan que por ellos sale el sol no sorprende. Tampoco que en un anuncio previo apareciera la voz de una joven que decía que había venido a agradecer personalmente a los diputados por haberle dado una pensión a su padre. El gobierno lleva meses tratándonos de convencer de que con la Reforma Fiscal el gobierno sólo le quitará dinero a los que ganan más de 60 mil pesos o que con la Reforma Energética bajará el precio de la luz.
Uno de los mayores alivios cuando llega uno a otros países, a países realmente democráticos, es darse cuenta de que ese sistemático lavado de cerebro no existe. Los tiempos comerciales son realmente comerciales. No hay tiempos oficiales. En ningún lugar es esto más evidente que en la frontera entre México y Estados Unidos donde las emisoras de lengua española e inglesa compiten desde ambos lados de la frontera. Las emisoras ubicadas en nuestro país tienen una desventaja competitividad ordenada por la ley. Transmitan en inglés o en español, deben incluir esos anuncios absurdos en que la Suprema Corte se vanagloria de haber recibido un premio o los senadores se adjudican la responsabilidad de que al país le va muy bien.
Supongo que la confiscación de tiempos de radio y televisión habría tenido cuando menos sentido si los mensajes hubieran sido realmente para promover campañas de apoyo social; desde información de salud pública hasta datos económicos de apoyo a la sociedad. Pero el propósito ha sido siempre buscar que la clase política se pare el cuello ante la población.
El golpeteo de mensajes ni siquiera ha conseguido esto. Muchos de los mensajes oficiales no son atendidos ya por la gente y generan, como lo puede señalar cualquier agencia de publicidad, una nula recordación. Se convierten en simple parte del paisaje visual y auditivo. Los mexicanos no han dejado de tener una mala opinión de los políticos. Los diputados siguen teniendo el último lugar de aprobación en la opinión pública… aunque por ellos salga el sol.
A H1N1
En julio de 2010 la Secretaría de Salud reportó que en 2009-2010 hubo 72,548 casos identificados de influenza A H1N1 y 1,316 muertes. En 2014, del primero de enero al 8 de febrero, ha habido 3,275 casos de A H1N1 y 410 muertes. No ha habido emergencia ahora, nos dicen, porque ya se conoce el virus y se sabe cómo combatirlo.
Twitter: @SergioSarmiento
