De pie. Pese al nuevo impuesto, la minería en México sigue siendo atractiva para la inversión.
El impuesto del 7.5 por ciento sobre la utilidad operativa de las compañías mineras no ha disminuido la competitividad de México como destino para nuevas inversiones en el sector.
Por ejemplo, las canadienses Argonaut Gold, Silver Standard Resources y Goldcorp prevén crecimientos en México: La primera adquirió un proyecto en Durango en diciembre, la segunda anticipa una inversión de 8.5 millones de dólares este año y la tercera calcula un alza de hasta 18 por ciento en su producción de oro en todas sus minas, tres de ellas en el país.
Para Mauricio Candiani, presidente de la firma Candiani Mining, el nuevo impuesto causó molestia en las mineras extranjeras, pero realmente las más afectadas son aquellas que se podrían clasificar como "financieramente marginales".
"Otras empresas, cuyos proyectos tienen la ley suficiente y el tonelaje suficiente para que sus proyecciones financieras permitan absorber el mismo impuesto, van a seguir invirtiendo de manera gradual en el desarrollo de nuevos proyectos en México", sostuvo.
A finales del 2013, Argonaut Gold hizo efectiva la compra del proyecto San Agustín, en Durango, ubicado a unos 10 kilómetros de la mina El Castillo, uno de sus principales activos.
Nichole Cowles, gerente de relación con inversionistas de la compañía, explicó que actualmente están valorando el impacto que tendrá el nuevo impuesto en sus operaciones.
"México tiene una población minera muy bien entrenada en términos de habilidad y capacidad. Así que mientras analizamos el impacto seguimos muy interesados en trabajar con los proyectos que tenemos en México", aseguró.